'Elecboy', el lore por encima del guión

Es incuestionable que, a la hora de presentar un nuevo mundo, sea en el medio narrativo que sea —da igual que estemos hablando de literatura, cine, viñetas o que lo hagamos de un videojuego— hay tres factores clave para captar la atención del que disfruta del producto final: la historia que se quiere contar, los personajes que se utilizan para contarla y, por supuesto, el mundo en el que ambos se disponen. Si falla uno de estos tres miembros de la ecuación, el conjunto comienza a flaquear y a alejarse de lo que siempre buscamos en una narración: que nos entretenga, sí, pero que al mismo tiempo nos aporte algo que incorporar a nuestro bagaje y, si es posible, que suponga un elemento de tamaña originalidad que se alce como singular hito de su disciplina artística. Es, supongo, a lo que todo creador aspira cuando se pone manos a la obra para dar cuerpo a su idea y lo que, en esencia, valoramos en esta vuestra página a diario, intentando dejar claro si el tebeo que tenemos por delante equilibra de manera precisa esos tres pilares esenciales —y los demás que, como medio visual, añade— o, si, como pasa en ‘Elecboy‘, se nos queda corta en uno de ellos.

El trabajo de Jaouen Salaün en términos de creación del mundo en el que se mueve esta distopía futura es impecable. Tanto, que no nos resulta tarea grata tener que valorarlo como «quiero y no puedo» cuando, con tan magnífico telón de fondo, que mezcla ciertos elementos de fantasía con ciencia-ficción sucia y polvorienta a lo ‘Mad Max’, la historia que se pone en pie es un viaje del héroe tan arquetípico como poco atractivo. Sí, aquí y allá cabe encontrar elementos de enorme disfrute, pero quedan diluidos en un conjunto falto de garra en el que no sólo la historia «pincha», sino también unos personajes poco armados que se ajustan, demasiado, a patrones muy trillados del género. Una dualidad ésta que, en cierto modo, también presenta el arte de Salaün, trabajado con cierta profusión en unos escenarios impecables pero que se nos antoja algo hierático en la parquedad expresiva de sus personajes. Así las cosas, y aunque hagamos algo más que adivinar el alto potencial de este primer volumen de ‘Elecboy’, nos quedamos en tierra de nadie sin ser capaces, como nos gustaría, de recomendar este álbum sin reservas.