Disquisición que creo haber hecho ya en alguna ocasión, si bien el western es un género que en la gran pantalla conoció su época de esplendor, su ocaso, su tímido renacer y su ¿definitivo? deceso; todo lo que, año tras año, nos llega de las historias de «convoys» por parte del mundo de las viñetas, parece indicar que el noveno arte se resiste, y se resiste con insistencia a abandonar el far west como localización idónea para todo tipo de historias. Historias que, de mano de Yermo —la editorial española que más apuesta por el western—, han recorrido todo el largo y ancho del lejano oeste, en ocasiones trayendo a nuestras casas personajes reales —y ahí está ese ‘West Legends‘ como última muestra de dicha corriente—, en ocasiones, como la que hoy nos ocupa, utilizando hechos históricos como apoyo para hilvanar un relato que, como deja entrever el título de la reseña, recuerda poderosamente a ese gran ejemplo del género que fue, nada más inaugurarse la década de los noventa, la cinta protagonizada y dirigida por Kevin Costner.
‘Bailando con lobos‘, con sus detractores —los menos— y sus incondicionales —los más— es una cinta cuya influencia, resonando a través de las décadas, ha llegado a muchos rincones diferentes de la narrativa, ya sea audiovisual ya, por ceñirnos al discurso de lo que nos interesa hoy, en unas viñetas que, cambiando de sexo al personaje protagonista, y convirtiendo a ese soldado desencantado de la guerra que quiere explorar la frontera antes de que desaparezca por una joven desencantada de la alta sociedad en la que ha crecido y quiere explorar la vida en las tierras salvajes que Estados Unidos se disputa en ese momento con la tribus de nativos americanos, resultan sorprendentes en lograr ir separándose aquí y allá del esquema marcado por el filme de Costner por más que, en su esencia, esté tremendamente pegada a la historia escrita por Michael Blake.
Así las cosas, el guión de Marc Bourgne, navega a lo largo de un río plagado de meandros, ora novedosos y estimulantes, ora demasiado familiares y bastante previsibles. Bien es cierto que, con tantas y tantas historias del género en nuestro bagaje lector, resulta considerablemente complicado sorprender al lector avezado pero, también, que ‘El sendero de la guerra‘ se las apaña para, cuando así se lo propone, plantear disquisiciones que mueven hacia la reflexión, no ya sobre la muy desacertada forma —por llamarlo de alguna manera— en la que el gobierno yanqui diezmó y aplastó a la cultura nativa de su país, sino, llevándolas a la mayor, sobre el ahogo que la humanidad ejerce sobre todo aquello que, en un momento dado, le resulta molesto. Apoyado en un más que efectivo dibujo de Didier Pagot —documentado de forma exhaustiva—, es este volumen una de esas lecturas que satisfará sin duda a aquellos que, como el que esto suscribe, nunca nos cansaremos de recorrer los grandes espacios de la América salvaje que fue tierra de sueños y oportunidades para incontables de nuestros ancestros. Por supuesto, os recomendamos encarecidamente llevar a cabo la lectura dejándoos acompañar por la más que hermosa partitura que John Barry compuso para ‘Bailando con lobos’, no hay pareja más perfecta para este álbum.
El sendero de la guerra
- Autores: Marc Bourgne y Didier Pagot
- Editorial: Yermo
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 144 páginas
- Precio: 35 euros