COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

‘El porteador 1’, bajo la sombra de Kevin Costner

Diseñadas a la medida de su máximo impulsor, un Kevin Costner que, tras el muy merecido éxito de la magistral ‘Bailando con lobos‘, había desarrollado un ego del tamaño del cañón del Colorado, tanto ‘Waterworld‘ como ‘Mensajero del futuro‘ son, quitando toda la polémica que las rodeó en su momento —y que, huelga decir, tuvo al actor en el punto de mira de Hollywood—, sendas producciones de ciencia-ficción a reivindicar. De hecho, quizás me inclinaría más por la segunda que por los excesos teatrales de la primera como ejemplo, no sólo del citado género, sino de cómo conjugarlo con las fórmulas del western que Costner ya había moldeado a su antojo en la historia del soldado que quiere ver «la frontera» antes de que desaparezca y que en el relato post-apocalíptico que lo convertía en un mensajero de esperanza en un mundo asolado por las guerras encontraba nueva y magnífica vida. Huelga decir, que la influencia de ambas producciones se deja palpar, y de qué manera, en este primer integral de ‘El porteador’ publicado por Ponent Mon y dibujado con su maestría habitual por un Dimitri Armand que, aunque no llega a las alturas de sus ‘Sykes‘ y ‘Texas Jack‘, rubrica un trabajo soberbio.

Con un tebeo entre manos que se mueve a caballo, igual que le pasaba a ‘Mensajero del futuro’, entre la ciencia-ficción y el western, el detallista y muy dinámico trazo de Armand echa mano de su experiencia con las historias de cowboys para construir un imaginario rico y fecundo, plagado de diseños de personajes tremendamente eficaces entre los que destaca, cómo no, la decidida y potente sencillez con la que el artista aborda al porteador protagonista, caracterizado por unas gafas de lentes rojas y por un atuendo que bien podría haber llevado puesto Costner en su periplo por ese futuro en que Estados Unidos ha quedado escindida sin remedio. Es tan soberbio lo que Armand pone en juego en estas páginas, que resulta fácil dejarse llevar por lo maravilloso del dibujo — y el color, que menudo es Armand coloreando— y, en ese estado de asombro, pasar por alto un guión que no funciona, ni de lejos, de manera tan apabullante como la faceta visual del álbum.

Cierto es que no podemos restarle méritos a Tristan Roulot en dar con esa idea de un virus que, en lugar de atacar a las personas, ataca al metal, arruinando de manera fulminante una civilización, la nuestra, que no cabría concebir sin algo metálico allí donde miremos. De que seamos conscientes de hasta qué punto dependemos de los metales, se encargan unas primeras páginas que nos abren los ojos, y cómo, sobre la relevancia suma de los derivados metálicos en nuestra existencia diaria, y eso sin contar, que, añadido a esa dependencia, el relato postula sobre la drástica mutación de la especie humana dada la presencia de metales en nuestro organismo —algo que pone en conexión al tebeo con ‘Waterworld’. Con las notas de fantasía que aporta este último recurso argumental, Roulot hilvana un guión que hunde sus raíces en el western para construir a un personaje central que es el típico vaquero solitario, moldeando al porteador como un antihéroe en toda regla que, aparentemente, sólo mira por sus intereses…sean estos los que sean.

En los dos álbumes que conforman este primer integral —un indicativo éste, el de que es el primero y no el único, que Ponent Mon ha pasado por alto en el diseño del volumen—, la acción invierte considerables esfuerzos en presentar tanto a protagonista como al antagonista mundo en el que este intenta sobrevivir, y la lectura se nos antoja por momentos más como una larga introducción que otra cosa. No nos malinterpretéis, nada de malo hay en ello si, como esperamos, las siguientes entregas de la cabecera servirán para dar respuestas a las muchas preguntas que ya nos hacemos y, ni seguirán acumulándolas ni continuarán basando la mayoría de su efectividad en giros imprevisibles que, sí, nos cogen desprevenidos, pero se nos quedan algo cortos para justificar la existencia futura de la cabecera. Habrá que aguardar a que Ponent Mon publique el segundo volumen para confirmar nuestros peores temores o nuestros mayores anhelos para con este proyecto.

El porteador

  • Autores: Tristan Roulot y Dimitri Armand
  • Editorial: Ponent Mon
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 112 páginas
  • Precio: 27 euros

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