‘El hermano de Göring’, lazos de sangre

¡Vaya semanas llevamos con la Segunda Guerra Mundial a cuestas! Si hace unos días eran dos las propuestas que os traíamos de Norma con la contienda de fondo, es ahora Ponent Mon la que, después de acercarnos a ella en varias ocasiones durante el año pasado, cerraba el 2020 con este integral que recoge los dos álbumes en los que Arnaud Le Goëfflec y Steven Le Jeune miraban de cerca la figura de Albert Göring, hermano de Hermann Göring, el que fuera Feldmarschall del gobierno nazi y uno de los actores fundamentales y de mayor peso específico en el entendimiento de aquellos seis oscuros años para la historia de la humanidad.

La historia que hilvana Le Goëfflec en ‘El hermano de Göring‘ arranca en mayo de 1945 cuando el protagonista se entrega voluntariamente al ejército aliado en el centro de comando de Salzburgo. Comienza entonces una reconstrucción bastante minuciosa de la figura de un hombre que vivió siempre a la sombra de su hermano mayor y que, en contra de lo que sospechan los altos mandos del ejército aliado, nunca fue nazi ni se sintió jamás cercano a la ideología nacionalsocialista o a las brutales y horribles prácticas que llevó a cabo durante los años en los que se extendió el conflicto armado. Antes bien, si de algo sirve este álbum es como intento muy logrado de dignificar la figura de un personaje que, sino clave, si tuvo cierta importancia a la manera en que también la tuvo Oskar Schindler, otro hombre cercano al régimen que, por su posición económica, utilizó influencias para salvar las vidas de cuántos pudo.

Esgrimiendo su apellido en lugar de dinero o influencias ganadas de maneras algo aviesas, Albert Göring también salvó muchas vidas de judíos y, aunque ese no es el único foco de la narración, sí que se alza como el más llamativo y el que, sin duda, más permanece en la memoria toda vez hemos terminado con la lectura. Una lectura que cuenta con un dibujo efectivo de Le Jeune; que sigue intentando iluminar cualesquiera resquicios en sombra queden aún sobre el enorme caleidoscopio que fue la Segunda Guerra Mundial a escala global y que, en ese esfuerzo, y siempre bajo una voluntad que aúna entretenimiento, reflexión y pedagogía histórica, se alza triunfante como vehículo que convencerá a todos los amantes que, como este redactor, compartan pasión por tan fértil y terrible período de la historia del siglo XX.