Estamos muy acostumbrados a asomarnos a la Segunda Guerra Mundial desde las grandes o pequeñas gestas de los muchos frentes que la contienda abrió a escala mundial. Tanto, que en ocasiones es fácil olvidar que, codo con codo con éstas, no es complicado encontrar otras historias que vienen a completar, de manera indispensable, el enorme tapiz que aquellos seis años supusieron en la Historia de la humanidad. Esas otras historias, de corte más íntimo pero iguales repercusiones, son las que, con títulos como ‘El pianista‘, ‘Sophie Scholl‘ en el cine o ‘Wannsee‘ o esta ‘Chez Adolf’ en el cómic —sí, son sólo cuatro títulos, lo sé, pero no quiero empezar a citar todos los que ahora mismo acuden a mi memoria, quiero creer que con éstos os podéis hacer una idea de por dónde van mis intenciones—, dan una dimensión más cercana a la escala universal de la guerra, dejándonos asomarnos a episodios que, reales o parcialmente ficticios, como parece ser el caso de la obra que hoy nos ocupa, abundan en continuar edificando en nuestro conocimiento el complejo edificio de incontables piezas que es la Segunda Guerra Mundial.
‘Chez Adolf’ trabaja desde esa escala menuda la historia de un profesor que asistirá, desde su modesta posición, a esa otra Historia que, en su Alemania natal, comenzará a escribirse con la llegada al poder de Hitler en 1933 —recordemos, porque siempre resulta conveniente hacerlo, que el führer llegó al poder arropado, supuestamente, por un enorme respaldo de su país—. A partir de ese arranque, el relato escrito por Rodolphe va recorriendo lugares muy conocidos de aquellos años: la quema del Reichstag, la noche de los cristales rotos, la persecución de los judíos, el Anschluss, la invasión de Polonia y, por supuesto, la declaración oficial del comienzo de la guerra que supuso la alianza entre Francia e Inglaterra. Todos esos instantes quedan incluidos en un discurso que, a pie de calle, jamás pierde la dimensión cercana que aporta la elección de su protagonista, un hombre que se afiliará al partido para salvaguardar su seguridad y que, no obstante, se verá arrastrado a movimientos en contra del nacionalsocialismo.
Bajo la línea clara y la narrativa cristalina que propone Ramón Marcos —dibujante de dilatada trayectoria que, curiosamente, conocemos por primera vez en estas páginas—, ‘Chez Adolf’ funciona a las mil maravillas, y el discurso de Rodolphe, que se ancla con recurrencia en la neutral exposición de los hechos históricos, no puede evitar la generación de una simpatía inmediata por el cuarentón protagonista y, por supuesto, la empatía hacia su forma de pensar y hacia el horror con el que contemplará como su tierra es puesta en manos del destino por un grupo de nombres que, entre otras cosas, creían a pie juntillas el mensaje de superioridad aria del Tercer Reich. Dejándonos el aliento contenido con un final que garantiza que nos quedemos con ganas de mucho más, es ‘Chez Adolf’ una lectura obligada para todo amante de una década y media que redibujó el devenir del s.XX.
Chez Adolf vol.1
- Autores: Rodolphe y Ramón Marcos
- Editorial: Ponent Mon
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 112 páginas
- Precio: 25 euros