El Halloween del Caballero Oscuro

Vamos a partir de que el 99% de los superhéroes van disfrazados y ya tendrian más de un punto a su favor en este aspecto, pero pocas combinaciones se pueden antojar más adecuada que la de el hombre murciélago y la víspera de todos los Santos, algo digno de un sueño húmedo de Tim Burton (aunque los que tengan buena memoria cinematográfica recordarán que esta no apareció en la pantalla hasta ‘Batman Forever‘, la primera cinta bajo la batuta del desaparecido Joel Schumacher) que invita a un juego icónico irresistible. Pero a pesar de su título ‘El largo Halloween‘ sólo toma de esta festividad la fecha de su arranque, pasando por todo el resto de fiestas del año para llevarnos en una carrera más que contrarreloj, contracalendario de nuestro detective favorito para atrapar a un asesino que, a diferencia del resto de la humanidad, sólo trabaja los días feriados.

Nada más empezar su lectura a la cabeza del lector avezado sólo vendrá una referencia: ‘El padrino‘. Cambiado ‘la boda de mi hija’ por ‘la de mi sobrino’ esto no resulta en absoluto gratuito ya que, dejando a un lado al cruzado de la capa, en esta historia va a ser clave la familia Falcone, uno de los pilares de la mafia gothamita, cuyos miembros empiezan a caer como moscas a manos de un misterioso asesino, Festivo, que los va asesinando en fechas señaladas dejando en el lugar del crimen un souvenir relativo a tan señalado día como una calabaza en Halloween o una caja de bombones con forma de corazón en San Valentín. Todo un misterio de corte clásico en cuyo baile de pistas no faltan sospechosos ni viejos conocidos como un Harvey Dent que todavía no ha sufrido el incidente que le transformaría en Dos caras, un Enigma que puede aportar más de una idea al caso, una Hiedra venenosa cuyo aspecto pocas veces ha reflejado mejor su fusión entre humano y planta o una ambigua Catwoman, a los que se suma un Joker que parece poco dispuesto a compartir su ciudad con otro psicópata.

Pero a pesar de la presencia de estos sospechosos habituales, entre muchos otros, esta historia es puro género negro, sin renunciar a guiños cinematográficos que van de la trilogía de ‘El padrino’ a ‘Al rojo vivo’ pasando por ‘La carreta fantasma‘. Una trama que a pesar de la sensación de déjà vu muerde y no suelta al lector hasta que el inesperado culpable (aunque por supuesto en la relectura nos daremos cuenta de que la solución siempre estuvo ahí…¿o quizá no?) sale a la luz. ‘El largo Halloween’ es una obra bien hilada de ritmo frenético que se revela como un clásico tanto como referente como en espíritu y se defiende como una de las mejores aventuras de un caballero oscuro inmerso en un reparto coral que en más de una ocasión le engulle.

Pero el apartado visual por supuesto va la altura. El personalísimo estilo de Tim Sale nos sumerge en sus lagunas de tinta, casi como imágenes del test de Rorschach con un diseño de personajes lejos del realismo puro, algunos como el Joker caricatura pura, pero que nos hipnotiza con sus profundos ojos y su sutil expresividad. Auténtico blanco y negro a color, con una paleta de colores planos y combinaciones estridentes que hace un inteligente uso de la ausencia de color, salvo en el caso de los regalitos dejados por el asesino, en las escenas de los crímenes el trabajo de este dibujante es simplemente subyugador y un auténtico referente en toda su carrera posterior.

‘El largo Halloween’ es, simplemente, una obra imprescindible para el fan de Batman y el amante de los buenos cómics de cualquier género. Pero el gran impacto que supuso una obra como esta traería cola y está llegó un par de años después con otra miniserie: ‘Victoria oscura‘.

Continuación estricta de este, ‘Victoria oscura’ nos presenta una Gotham que todavía sufre las consecuencias del primer acto. Resuelto al menos en apariencia el caso de Festivo y a pesar de las numerosas bajas sufridas los Falcone están dispuestos a rehacerse y presentar batalla frente a aquellos que consideran culpables de su desgracia. En una ciudad que ha hecho nuevos y extraños aliados y en la que Batman sigue viviendo uns compleja relación con Catwoman tanto en sus identidades civiles como superheroicas, aún ignorando sus auténticos nombres, más de un villano que echábamos de menos como Mr. Frío o el Pingüino harán su aparición. Pero si hay algo destacable en este cómic, ambientado en los primeros años de la cruzada del hombre murciélago, es la llegada del futuro Robin a la Mansión Wayne, estableciendo un marcado paralelismo con los primeros días como huérfano del joven Bruce.

‘El largo Halloween’ y ‘Victoria oscura’ componen un irregular díptico. Frente al equilibrio y aroma clásico del primero la segunda supone una obra menos redonda, casi como un alargado epílogo aspirante a una continuidad que no llegó. Aún con muchos puntos en común con su primera parte, tanto en el dibujo, aunque resulte menos elegante y no acuda a ese blanco y negro que daba la puntilla al original, como en el argumento, con alguna referencia anecdótica a las festividades del año, esta continuación del dúo Loeb-Sale, que volvería a colaborar en numerosas ocasiones, destacando su labor en la honrosa competencia, no conquista del mismo modo ni mantiene el sentido del ritmo de su antecesora, quedando como una obra para completistas y aquellos que desean explorar ese dia después tras ese sangriento desenlace que habría de marcar el mundo criminal de Gotham.

A pesar de sus diferencias la lectura de ‘El largo Halloween’ y ‘Victoria oscura’ es un placer que se antoja esencial para el amante de los superhéroes. Si varios de sus protagonistas afirman desde su primera viñeta y en diversos momentos de la historia creer tanto en la ciudad de Gotham como en un Harvey Dent que va a sufrir profundas transformaciones a lo largo del relato finalizados estos dos volúmenes yo no tengo duda alguna: yo creo en Batman.