‘El Don’, superhéroes en tiempos de pandemia

Decir que ‘Taxus‘ fue una auténtica e inesperada sorpresa es quedarse cortos. Bien es cierto que, como comentamos en su momento, sabíamos del proyecto que Isaac ‘Loulogio’ Sánchez llevaba preparando desde hacia cierto tiempo, pero de ahí a lo que pudimos encontrar en los tres álbumes que conformaron su ópera prima en este mundillo del noveno arte, se abría un trecho considerable que, no obstante, dejaba la duda de si las circunstancias que en ella habían concurrido eran flor de un día o, como nos inclinábamos a pensar, un simple primer paso en una trayectoria que iría a más en futuras instancias. Unas instancias que ahora recalan en ‘El Don‘ y que sólo hacen refrendar lo muy acertado de nuestra inclinación a pensar que el cómico y youtuber transformado a dibujante es YA un nombre muy a tener en cuenta en el panorama del tebeo patrio.

Si bien desconozco los pormenores de la gestación de este proyecto que vuelve a publicarle Dolmen al artista, me atrevería a afirmar casi sin dudarlo que ‘El Don’ es hijo directo de la pandemia de la COVID-19. Sí, es un tebeo de gente con poderes, pero el hecho de que éstos sean tratados como una enfermedad por parte del estado y que aquellos que los obtienen lo vean más como una tragedia personal que como la ventaja que siempre se nos presenta en los cómics yanquis, y la considerable cantidad de ideas que remiten, aunque sea de forma muy sutil, a lo que vivimos durante el pasado 2020, me hace pensar que el confinamiento y todo lo que lo rodeó tuvieron mucho que ver en que Sánchez se decantara por construir la historia tal y como lo hace.

Dicha construcción vuelve a apoyarse sobremanera en dar con unos protagonistas de solidez irreprochable, ya estemos hablando de la pareja que sirve de hilo conductor durante toda la narración ya de ese superhéroe al servicio del estado que se encarga de la sistemática eliminación de cualquier elemento subversivo y que tiene muchísimo que ocultar sobre la verdadera naturaleza de cómo mantiene su poder. Porque, en un giro que añadir a esa forma de darle la vuelta a lo común del mundo de los tipos y tipas con superpoderes, el virus que provoca la aparición de las extraordinarias habilidades que aquí gastan algunos de los protagonistas, también se encarga de acortar la vida de aquél que los desarrolle hasta el punto de matarlos si no se logra evitar su uso.

En lo argumental, hay terreno en lo que se apunta en los dos párrafos previos para que, de así haberlo querido ‘El Don’ se hubiera planteado como una serie regular. Al no hacerlo, al limitar a estas 200 páginas el universo que sale de su ferviente imaginación, Sánchez apunta tal cantidad de ideas que hubieran merecido más desarrollo, que el hambre que se nos queda tras leer este SOBERBIO volumen es de similar calado a lo que el tebeo nos ofrece desde una perspectiva meramente visual: el ya reconocible trazo del catalán juguetea a placer con la página —ese arranque en apaisado, alguna página doble como la que utiliza una secuencia de ADN para dar estructura al planteamiento…— y sólo hacen sumar enteros a una lectura de ritmo implacable que, consumida de una sentada —imposible dejarla a medio leer—, hace que estemos deseando tener YA lo próximo que sea que tenga que ofrecernos Isaac Sánchez. A la espera quedamos.