Curioseando entre los cómics algo polvorientos de mi estantería, me encontré con uno que tenía casi olvidado y que me encantó volver a leer. Se trata del número 12 (el 11 en la numeración yanqui) de la colección de Masacre que guionizó Joe Kelly, con quien el mercenario más bocazas de Marvel vivió la mejor etapa de su carrera.
Con Kelly, el humor se convirtió en el principal ingrediente de las aventuras de Masacre, y fue precisamente en este número donde el descojone llegó a su máximo apogeo. Concebido como el primer especial de la colección, Kelly decidió cruzar los pasos de Masacre con los de nuestro trepamuros favorito. Pero no quería hacer un crossover convencional, y vaya si consiguió salirse con la suya.
Kelly tomó como punto de partida el nº 47 de The Amazing Spiderman que Stan Lee y John Romita publicaron unas décadas atrás. Para introducir a Masacre en esta historia que tenía a Kraven el Cazador como antagonista, se sirvió de una técnica que él mismo bautizó como gumping. Básicamente, consistía en aprovechar las nuevas tecnologías para retocar los dibujos originales e introducir a Masacre en las viejas viñetas de Spiderman. La técnica ya se había empleado en el cine (véase Forrest Gump o la descacharrante Kung Pow), pero en el cómic no he visto otro ejemplo como este.
El argumento del cómic es sencillo. Masacre y la ciega Al atraviesan un vórtice temporal y caen de morros sobre la pobre Tía May. Primero piensan que el viaje astral no ha hecho más que cambiarlos de posición en el mapa (de San Francisco a Nueva York), pero no tardarán en descubrir que también han retrocedido en el tiempo, a finales de los años 60.
Para tratar de salir de allí, Masacre suplantará a Peter Parker (después de deshacerse de él, eso sí, no a su manera habitual) y tratará de contactar con Comadreja, su compañero de fatigas, que por aquel entonces no era más que un estudiante enclenque y solitario. Comienzan aquí los momentos más divertidos, como cuando se encuentra con las bimbocaos de Mary Jane y Gwen, y especialmente cuando conoce a Harry Osborn, que por entonces compartía piso con Peter. Los comentarios sobre su pelo no tienen ningún desperdicio.
Para que la fusión con el cómic de Lee y Romita quedara lo mejor posible, Pete Woods, el dibujante de la serie, imitó para las escenas del pasado el estilo de este maestro del cómic. Para ello contó con los entintados de dos veteranos de la casa de las ideas: Al Milgrom y Joe Sinnott.
El cómic lo publicó Forum hace unos años, con la portada original que parodia la primera aparición del lanzarredes allá por el nº 15 de Amazing Fantasy. Risas aseguradas, señores, estén atentos a las librerías de segunda mano.
1 comentario en «El día que Masacre conoció al Spiderman de Romita»
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