La primera vez que leí ‘El cuento de una rata mala’ no se llamaba así, ya que la edición de Planeta de 1999 la tituló ‘Historia de una rata mala’, publicándola en un tomo en rústica que sirvió junto a otros títulos de aquellos tiempos para abrir las puertas al cómic más allá de las fronteras de los superhéroes a un lector cuyo alimento básico hasta entonces habían sido los tebeos de tipos con mallas y altas dosis de manga.
El descubrimiento de lo que el mundo del noveno arte podía llegar a tratar fue tal bofetada en la cara que, aun hoy, cuando vuelvo a leerlo tras tantos años, sigue sorprendiendo la soberbia madurez gráfica y narrativa de un Bryan Talbot que dejaba atrás sus comienzos para poner la primera piedra de lo que después estaría por venir (un proceso que se completa, si así queremos verlo, con su intrincadísima ‘Alice in Sunderland’).
Los que se hayan acercado a esa última y ambiciosa obra publicada por Random House en nuesto país, que se olviden de los obtusos planteamientos que Talbot utilizaba en sus páginas: si bien no deja de ser cierto que podríamos aventurar aquí algún gérmen de las mismas, ‘El cuento de una rata mala’ se desarrolla por senderos bastante diferentes, cargando el artista británico las tintas en connotaciones que, aun siendo bastante simbólicas, quedan atadas a una cruel y desoladora realidad.
Sin querer desvelar nada a aquellos que nunca la hayan leído (y voy a caer en el tópico de ¿a qué esperáis?), la historia planteada aquí por Talbot sigue a Helen, una adolescente que se ha fugado de su hogar huyendo de dolorosas circunstancias y que, siguiendo las huellas de Beatrix Potter (la famosa literato infantil inglesa) recorrerá Inglaterra en una búsqueda de la identidad perdida.
El relato que Talbot enhebra en las páginas de esta obra (traducida de nuevo por Astiberri para la ocasión) es de una contundencia inequívoca, situándose muy por delante de los títulos que hemos podido leerle al artista a lo largo de los años.
De gran gracilidad en el aspecto gráfico y sólidos planteamientos en el argumental, el viaje iniciático propuesto por Talbot en ‘El cuento de una rata mala’ es uno de esos que, una vez leídos, te acompañarán siempre a lo largo de la vida en esa particular mochila que cada uno lleva a su espalda más o menos llena y que llamamos madurez. Apropiándome de la afirmación que hizo Alan Moore en su momento acerca de ella: «excelente de principio a fin».
El cuento de una rata mala
- Autores: Bryan Talbot
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 136
- Precio: 20 euros