‘Doomsday.1’, The Last Walking Spacemen

La sola mención del nombre de John Byrne nos adelanta bastante acerca de la lectura que nos espera. El autor de la etapa más recordada de La Patrulla X hace tiempo que perdió la condición de Dios del comic, al menos por sus trabajos actuales, pero qué duda cabe que aún está en forma y desde un tiempo a esta parte viene entregando una serie de tebeos muy interesantes y entretenidos. Parece haber encontrado cobijo en IDW, editorial independiente bastante importante, donde ha continuado, incluso, su extraordinaria Next Men. Saliéndose de su terreno habitual, el superheroico, se adentra sin ningún tipo de complejos en el survival apocalíptico gracias a este Doomsday.1.

Consciente del éxito que ha conseguido una serie como Los Muertos Vivientes, Byrne se crece y da su propia versión de una historia de catástrofes. Los protagonistas del relato son un grupo de supervivientes compuestos por los integrantes de una estación espacial. Al regresar a la Tierra se encontrarán con una situación completamente terrorífica: el mundo, tal y como lo conocían, ya no existe. Se encuentra devastado y, lo que es peor, los pocos humanos con los que se encontrarán a su paso tendrán intenciones bastante preocupantes. Dato que también nos recordará a otra colección cuyo planteamiento es bastante similar: Y, el último hombre.

La historia tejida por el británico avanza a grandes pasos, transcurriendo entre número y número un buen puñado de días, encontrándonos a unos personajes cuya evolución, radical, ocurre en tan solo 24 páginas. De esta manera evita el tener que lidiar con problemas como el cansino paso del tiempo que nos podemos encontrar en la serie ideada por Robert Kirkman. Es lo que tiene el instinto de supervivencia cuando una tormenta solar aniquila toda vida conocida en tu planeta, que hay que saber adaptarse a marchas forzadas.

Y qué decir del trazo del maestro: él se lo guisa, él se lo come. Unos dibujos que nos traen de vuelta a un Byrne en plena forma, quizás perdiendo un poco la limpieza y claridad de sus mutantes pero supliéndola con un altísimo nivel de detalles. En fin, un primer volumen que deja con ganas de más y cuyo abrupto final deja todo abierto para una continuación que, esperemos, no se demore demasiado.
[Grade — 8.50]