En esta nueva ronda de debate, vamos a abordar un tema recurrente en el mundillo comiquero: la situación actual del cómic español. En nuestro país tenemos autores de innegable talento y obras de gran calidad (véase, por ejemplo, ‘Cuaderno de Tormentas’), pero por alguna razón, su influencia dentro del panorama nacional es bastante reducida y la mayor parte de estos autores tienen que buscarse la vida en otros países y campos (como el de la publicidad).
Para meternos un poco en situación, hay varias cuestiones que debemos tener en cuenta. En primer lugar, la aparente falta de personalidad del cómic español. Todo artista que se precie debe intentar absorber las máximas influencias posibles para después sintetizarlas en sus obras. Así, podemos ver la enorme influencia que tiene la estética manga en el cómic europeo o americano. Pero en el caso del español, muchas veces nos encontramos con obras que son simples pastiches de lo que se hace fuera.
Y es que, si pensamos en cómics puramente españoles, ¿qué se nos viene a la cabeza? A lo mejor las historietas humorísticas de la época Bruguera o el trabajo posterior de autores como Carlos Giménez o Víctor de la Fuente. Obviamente, estos autores también muestran claras influencias del exterior, especialmente de los dibujantes clásicos norteamericanos, pero nunca se han limitado a copiar sin más sus estilos. Ahora bien, al margen de eso, ¿qué hace diferente al cómic que se hace hoy en España?
Junto a esta cuestión, que es indispensable para crear una industria comiquera propia, está la dificultad de publicar en nuestro país. No creo que se deba sólo a que los lectores pasen del cómic español y sólo quieran leer manga o tebeos pijameros. Si una obra es buena, no creo que nadie se niegue a admitirlo. Lo preocupante es que muchas editoriales prefieren servirse de la triquiñuela de dejar “que primero publiquen las obras otros”.
Y es que conlleva muchos menos gastos y riesgos esperar a que los autores españoles publiquen primero fuera (en Francia, principalmente), y después limitarse a comprar los derechos de la obra y traducirla. Es una estrategia que económicamente les funcionará muy bien. Pero como resultado nos encontramos con que obras como ‘Dos Espadas’ de Kenny Ruiz sigan inéditas en nuestro país, o con que ‘Arrugas’, que recientemente ganó el premio nacional del Ministerio de Cultura, apareciera en el país vecino antes que aquí.
Otra cosa que echo en falta hoy en día es la aparición de más revistas, que siempre han sido una buena lanzadera para dar a conocer a nuevos autores. Hace años, principalmente en los 70 y los 80, había publicaciones como ‘Trinca’, ‘El Víbora’ o ‘Cimoc’ que, además de contar con material extranjero, daban oportunidad a los artistas nacionales. Cierto es que últimamente han surgido algunas revistas muy interesantes, como ‘El Manglar’ o ‘Frenzy’, pero ante la dificultad de hacerse un hueco en el mercado su periodicidad es bastante irregular.
En conclusión, para que esto tire para delante, hace falta que todos pongamos de nuestra parte (autores, editoriales y lectores). Algunas iniciativas como la nueva línea de Planeta dedicada al tebeo hispano pueden ayudar a que esto mejore. En vista del talento que hay desperdigado por la península, no creo que el cómic español esté muerto. Ahora bien, ¿está de parranda? Yo más bien diría que tiene una resaca de tres pares de cojones que le tiene aferrado todo el día a la taza del váter, esperando a que alguien le dé un buen chute de ibuprofeno.
Albertini: A mí lo que realmente me asusta de este tema es que tenemos dibujantes y autores, muy buenos, de sobra pero no hay quien apueste claramente por ellos. Para muestra dos ejemplos. El primero es el hecho de que las editoriales francesas apuesten más por los autores españoles que las editoriales nacionales, que personalmente me parece el colmo. Y seguidamente está el hecho de que ahora mismo los dibujantes noveles están abocados al formato de webcomic, ya que tal y como están las cosas la publicación online (tanto económica como editorialmente) es la única garantía de que su trabajo esté a disposición del público. Definitivamente el tebeo español no está muerto… es que no le dejan nacer.
Alkar: Cels Piñol for president!!!
P. Roberto J: El estado del cómic español no mejorará hasta que alguien se decida a coger el toro por los cuernos y se arriesgue a perder dinero sólo por crear industria. Eso, obviamente, sólo lo puede hacer quien tenga dinero para perder y no quien, a veces, bastante tenga con sacar algo de las tiradas de lo que publica. Planeta, con su recuperación de obras cercanas en el presente, parece haber dado un buen paso.
En todo caso, éste es un mal común que el comic comparte con otras formas culturales que nacen desde el underground o desde una base de público muy escasa. En el fondo, también debemos echarnos parte de la culpa a nosotros mismos. Porque, a ver, ¿cuántas obras de autores españoles habéis leído en 2008?
Roberto Pastor: El cómic español sufre un poco del síndrome de uno de sus primos mayores, el cine patrio. España no es un país que se prodigue en lo de consumir cultura nacional. Lo malo es que, si al cine ya se le dan pocas oportunidades, al cómic casi le cierran la puerta antes de llamar. No creo que el cómic español esté muerto, solamente (y con permiso de Ibañez y el difunto Escobar) no ha terminado de calar en la presente generación. El manga ha hecho mucha mella y prueba de ello son los mangas realizados por españoles, los cuales llaman más la atención que otros trabajos más personales.
Finalboss: Evidentemente el problema no está en los autores, que no nos faltan, sino a la estructura de ese castillo de naipes que es la industria nacional. La cantidad de títulos en el mercado da una falsa sensación de prosperidad cuando la realidad esconde preocupantes problemas de distribución/difusión que amenazan la entrada de sangre nueva. Ante esta frágil situación, es de entender la actitud de las editoriales por arriesgar lo mínimo posible utilizando a los países vecinos (y no tan vecinos) como conejillos de indias. En definitiva, considero que el problema es un síntoma más y no el verdadero fondo de la cuestión.
Rodrigo Fernández: Coincido plenamente con mis compañeros, sobre todo con Alkar, jeje. Yo no estoy muy puesto en tebeos españoles de actualidad, supongo que eso ya dice mucho. También coincido que no es falta de talento y autores, sino de empuje editorial. Por lo tanto le veo mal futuro a tema. Seguirá habiendo fuga de talentos y los españoles seguiremos disfrutando del cómic extranjero y de nuestros Víboras y Mortadelos y Filemones de hace años, bueno y de Cels, claro.
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