‘CES X-Statix Volumen 3: Contra Los Vengadores’, una despedida muy divertida

Día triste para todos los aficionados al buen comic y a las historias que siempre aportan ese puntito de originalidad y locura para que destaque sobre el resto. Con este tercer volumen, ‘CES X-Statix Volumen 3: Contra Los Vengadores’, se da carpetazo a la genial e imprescindible etapa de Peter Milligan al frente de una colección que supo brillar por encima de muchas otras que contaban con mejor prensa. Por casi todos es conocida la cabecera mutante que arrasó en ventas y que contó con Rob Liefeld como estrella al frente, “X-Force”. El primer número de aquella serie se hinchó a vender con una calidad que, bueno, muy pocos supieron entenderla, aunque los datos están ahí, y son irrefutables. Tras un buen puñado de años al frente del cañón llegó Milligan y le dio la vuelta a unos personajes y a unos conceptos que, tan solo tenían en común, el título. Un poco después, ni siquiera eso, puesto que fue cambiado por este “X-Statix”.

Eran días tumultuosos y en Marvel no dudaron ni un solo segundo a la hora de poner al frente de Fuerza-X a dos autores como Milligan y Mike Allred para que revolucionaran el concepto del comic de superhéroes añadiendo cantidades ingentes de humor y aventuras a unas tramas completamente alocadas. Pasan los meses y, a pesar de las buenas críticas recibidas, parece que algo no va como debe y el peso de la cancelación se sitúa sobre la colección, cosa que tiene lugar tras la historia que nos encontramos en este volumen. Milligan, sabiendo que nada se puede hacer al respecto, plantea un combate entre unos personajes segundones como los de X-Statix y Los Héroes Más Poderosos de La Tierra, Los Vengadores. El desarrollo de la contienda, teniendo en cuenta la descompensación de la pelea, discurre por unos terrenos menos físicos de lo que cabría esperar y no faltan las escenas absurdas donde la dialéctica y la picaresca son el verdadero motor de la acción.

La despedida de los personajes no puede ser más coherente con todo lo que hemos estado leyendo desde el primer número, de nuevo el humor se apodera de un momento tan triste como es este. El resto del volumen se completa con algunas aventuras que surgieron a posteriori como la que une a Chica Muerte con el Doctor Extraño, siendo esta una suerte de secuela a la serie principal. Y hasta aquí llegó el invento, viendo el actual panorama de La Casa de las Ideas, donde la diversidad de personajes y colecciones resulta abrumadora, podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que unos personajes como estos ocuparían un lugar privilegiado en las estanterías. Solo tenemos que prestar atención al tono jocoso de muchas de las series actuales, cabeceras que recuerdan poderosamente el planteamiento de lo escrito por Milligan hace años. No podemos quejarnos, su legado sigue vivo después de tanto tiempo.
[Grade — 8.50]