Albert Monteys comenzaba en noviembre de 2014 una andadura completamente aperiódica que le llevaba, hace cosa de poco más de un mes, a alcanzar unas cotas que pocos habríamos asociado al mismo humorista que batalla mes a mes junto a sus compañeros de ‘Orgullo y Satisfacción’ por hacernos reír y reflexionar al mismo tiempo.
Estas tres líneas me servían, al cierre de 2016, para justificar —sólo en parte, todo hay que decirlo— la elección del último número aparecido hasta la fecha de ‘Universo’ como uno de los mejores títulos españoles del pasado año: si bien la sorpresa de que fuera Albert Monteys el que firmara una historia de ciencia-ficción del calado que ofrecía ‘La Cristina del mañana’, ya no era tanta debido a lo que el artista nos había ofrecido en los cuatro números anteriores de la cabecera editada de forma digital por Panel Syndicate, no podíamos evitar quedarnos algo perplejos ante el punto más álgido de una vertiente que hasta hacía relativamente poco, desconocíamos por completo del humorista gráfico que nos había encandilado en las páginas de ‘El Jueves’ años ha. ¡Cuán diferente habría sido todo de haber conocido ‘Carlitos Fax’!
Aparecida originalmente en las páginas de la fugaz revista ‘Mister K’ —de la que, obviamente, tampoco tenía ningún conocimiento— ‘Carlitos Fax’ sirve a Monteys, visto en retrospectiva, como perfecto laboratorio desde el que ensayar las incontables virtudes que esas 250 páginas que conforman hasta ahora ‘Universo’ han hecho de ella una de las mejores series de ciencia-ficción que servidor ha tenido el placer de leer en formato aviñetado: destinado a los lectores más jóvenes de la casa —algo que resulta como poco incomprensible dado lo mucho de las historias que aquí leemos que está puesto ahí para deleite de los adultos—, el microcosmos de ‘Carlitos Fax’ es una muestra en constante ascenso de las capacidades de Monteys para construir relatos autocontenidos de una solidez a prueba de bombas que entronca en la mejor vertiente del género, esa que ya he comentado en numerosas ocasiones que plantea desde un tiempo futuro reflexiones de rabiosa actualidad hacia temas del presente, sirviendo en no pocas ocasiones de incómodo reflejo de lo que nos rodea.
Ese es, como digo, el caso de los muchos relatos cortos que, con tres, dos o cuatro páginas —la extensión de la sección dedicada al personaje fue cambiando de forma inesperada a lo largo de la breve vida de ‘Mister K’— son el vehículo mediante el que se vale Monteys para darnos sonoras bofetadas mientras, con una facilidad pasmosa, nos arranca no menos estentóreas carcajadas dado el talante marcadamente humorístico que atesoran las viñetas en las que se mueven el protagonista, su inseparable cámara —que es otro robot como él—, el redactor jefe del periódico, el insufrible e imbécil periodista estrella del rotativo y toda una galería inagotable de secundarios que, entre otras cosas, demuestran la febril imaginación visual del autor.
Porque si hay algo que sea constante a lo largo de las 176 páginas en las que la espléndida edición ¡Caramba! recoge las andanzas de ‘Carlitos Fax’ eso es la increíble factura con la que Monteys acaba cada viñeta de cada página: si bien aquí no se puede hablar de la sorpresa que sí nos provocan las muchas ocurrencias que la mitad guionista del autor nos depara —atención a la enorme variedad de ideas que nos arrojan los relatos y a cómo el catalán juega con lecturas metalinguísticas sobre el medio en ‘La realidad es mentira’— por cuanto su trazo, su forma de narrar, el gusto —que no compulsión— por el detalle y la fluidez con la que siempre discurre todo en sus espacios aviñetados es algo que sabemos de sobra nos vamos a encontrar en un tebeo firmado por él, no deja de ser encomiable el elevado nivel al que se asoma este genial volumen.
El que no haya sorpresa en lo que a dibujo se refiere, no resta ni un ápice de dicho talante a una lectura genial, brillante, locuaz, mordaz, llena de mala baba y con un sentido del humor franco, caústico y en no pocas ocasiones de lo más negro —de nuevo, que esto fuera un tebeo para lectores jóvenes resulta poco comprensible por más que hable muy bien de las intenciones de Monteys para con la reeducación de las mentes de los infantes— que, maridado a la perfección con la capacidad de mover a ciertas reflexiones, no muy hondas, pero reflexiones a fin de cuentas, coloca a ‘Carlitos Fax’ como una de las lecturas más deliciosas con las que nos hemos topado este año.
Carlitos Fax
- Autores: Albert Monteys
- Editorial: ¡Caramba!
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 176 páginas
- Precio: 20,90 euros en