El nombre de Cyril Bonin no debería ser desconocido para aquellos que, como servidor, llevéis apasionados al cómic europeo desde hace más de década y media. A fin de cuentas, el artista francés fue el responsable de ‘Fog’ una serie constituida por ocho álbumes que Norma publicó en cartoné entre 2004 y 2007 y que, como suele ser práctica habitual —y nunca comprensible— en la editorial catalana, dejó inconclusos a falta de dos ejemplares para rematar la colección. Circunstancias adversas al margen, que sea Ponent Mon la que ahora retoma la obra del dibujante sirve al menos de garantía a sus lectores de que no nos quedaremos a medias gracias a la política de impresión en voluminosos integrales que viene caracterizando a la casa comandada por Amiram Reuveni.
Historia policíaca que, como bien apunta la contraportada, no tiene reparos en servir de homenaje a la figura de Arsène Lupin, es la construcción de la misma y el esfuerzo constante de Bonin por no dejar que el lector entrevea con facilidad hacia dónde conduce el misterio que la guía y cómo se terminará resolviendo todo, lo que deviene en principal cualidad de ‘Cámara obscura’: apoyándose sobremanera en unos personajes que, construidos con cuatro trazos, no necesitan de mucho más para acomodarse a la perfección en sus arquetipos, la capacidad de Bonin para mantener el suspense es tan encomiable como, particularizando, el trabajo que hace con el determinado e hierático inspector que emula a la creación de Maurice Leblanc es el que se postula como mayor atractivo para no perder el hilo de la concatenación de unos acontecimientos que, a partir de la segunda mitad del volumen, se precipitan con inusitada intensidad.
Cuidando por igual la parte gráfica, el personal estilo del artista, de trazo suelto y caricaturesco en lo que a la figura humana se refiere y que viene rubricado con un muy singular uso del color, es su narrativa simple y clara complemento perfecto para aumentar aún más esa sensación constante de interés que vamos experimentando conforme las páginas avanzan y los varios misterios que se plantean, uno dentro del otro, se acercan inexorables a su resolución. Agradable y perfecta para una tarde otoñal, esperemos que ‘Cámara obscura’ sea sólo el primero de muchos encuentros que nos lleven a conocer más a fondo la tebeografía de Cyril Bonin. Si es así, aquí estaremos, cómo no, para informaros.
Cámara obscura
- Autores: Cyril Bonin
- Editorial: Ponent Mon
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 86 páginas
- Precio: 22 euros