‘Caballero Luna Volumen 5: Los últimos días del Caballero Luna’, dando paso a la venganza

Que no cunda el pánico entre nuestros lectores. El definitivo (y explícito) título que adorna la portada del quinto volumen perteneciente a la etapa más reciente del Caballero Luna, esa que el guionista Jed MacKay está llevando con muy buen tino, podría hacernos pensar que estamos ante un inminente final. Los últimos días del Caballero Luna supone un cierre, sí, pero no la salida de MacKay ya que su mano seguirá guiando el camino del Puño de Khonshu en el siguiente capítulo de la saga, Vengeance of the Moon Knight. Hasta que Panini tenga a bien hacernos llegar ese nuevo paisaje editorial, podemos deleitarnos con este punto y aparte. Todo hace indicar que el mencionado Khonshu ha dejado de revivir a los avatares que le rinden pleitesía, el actual estado del dios egipcio invita poco a practicar la resurrección, por lo que deben andarse con sumo cuidado de no cometer ninguna imprudencia. A la chita callando, el equipo creativo alcanza en esta nueva entrega el número treinta de la colección, pasando por un veinticinco que tendrá una importancia capital, una suerte de conmemoración que servirá para sentar las bases de todos los acontecimientos que tendrán lugar de manera inminente. Poco a poco y con precisión milimétrica las distintas tramas y subtramas han ido apuntando a un mismo sitio, confluyendo en un punto y preparando un desenlace que hará saltar por los aires las vidas de los protagonistas principales de la historia trayendo consecuencias para Luna de Cazador o Tigra, antigua conocida del Caballero desde los tiempos en los que ambos pertenecían a Los Vengadores Costa Oeste y que ha aportado el elemento romántico de esta nueva andadura. 

Aunque si hay algo que MacKay ha sabido mantener por encima del resto de argumentos eso ha sido lo referente a la Misión de Medianoche, haciendo que su amenaza sea constante, cambiando de dirección y prescindiendo del Señor Luna, una de las encarnaciones de Marc Spector y con su peso dentro de la etapa. El guionista canadiense juega de manera más que inteligente con las distintas personalidades del héroe, mostrándonos su vertiente más humana, haciéndolo vulnerable hasta el punto de precisar la ayuda de sus compañeros más cercanos, manos amigas que serán de vital importancia para salir de la oscuridad en la que se ha sumido. Personajes como Zodiaco o Bola 8 van a estar ahí para animar un guión impredecible, aportando una fuerza a la aventura que nos va a sobrecoger de principio a fin. Y, a pesar de todo, no podemos olvidarnos de Espectro Negro, otra encarnación del Caballero Luna (sí, otra más) cuya primera aparición data del año 1982 por obra y gracia de Doug Moench y Bill Sienkiewicz, siendo el verdadero cerebro criminal tras el plan maestro cuya finalidad consiste en acabar con el justiciero. No le ha preparado un camino de rosas precisamente, su triunfo parece seguro y, mientras lo alcanza, sembrará de dolor y pena la vida de su objetivo, despojándolo de todos sus apoyos y poniendo en serio peligro todo lo que este posee. Un nivel altísimo que también encuentra prolongación en una parcela gráfica magníficamente cubierta por los habituales Alessandro Capuccio y Federico Sabbatini. Un tándem de origen italiano que despliega un estilo oscuro en el que los juegos de sombras consiguen crear una atmósfera única, un ambiente lúgubre y malsano que le viene de perlas al tono que MacKay imprime a sus guiones. Bien es cierto que este volumen podría haber cerrado la colección de manera inmejorable pero se decidió retrasar el final para que los autores pudieran lucirse con un remate que no se hará esperar demasiado, una venganza que, cuando llegue, no dejará indiferente a nadie.