Hace dos décadas, cuando uno trasvasaba las puertas de una tienda especializada en cómics cualquiera, lo que encontraba era una vasta oferta de cómic de superhéroes complementada, en muy menor medida, por el siempre constante empuje de Norma para con el tebeo europeo y alguna que otra cosilla fuera de órbita traída por la gente de La Cúpula. Hoy, veinte años más tarde, adentrarse en las estanterías de una librería dedicada al noveno arte implica atender a tantos y tantos cantos de sirena diferentes, plagado como está el panorama español de la viñeta de multitud de editoriales y propuestas diversas, que resulta harto complejo discernir qué vale la pena o no de aquello que las múltiples casas hispanas nos ofrecen mes a mes.
Ejercicio más que obligado por cuanto harían falta dos sueldos y cuatro vidas para poder hacer frente al desembolso y posterior lectura de todo lo que sale publicado en español cada treinta días —y si a eso le sumamos lo que se edita en inglés, entonces las cuatro vidas se convierten en ocho—, hay ocasiones en las que, llevados por el impulso irrefrenable de querer experimentar, nos vemos atraídos hacia tebeos como los dos que hoy ocupan nuestro tiempo; tebeos de cuyos autores no tenemos referencia alguna y que, acaso debido a ello, sobresalen de entre el maremágnum de volúmenes de todos los tamaños y colores que intentan captar nuestra atención desde la abotargadas baldas de nuestra tienda especializada habitual. Y tebeos, sobre todo, que juegan en una complicada liga, la de abrirse paso aunque, para ello, y como es el caso, tengan que hacer uso de armas de doble filo que, tan pronto pueden cautivarnos como sacarnos a empellones de la lectura.
Moviéndose en la línea que separa ambos con desigual habilidad, el trabajo de Chema Peral para ‘Budapest’ establece una frontera infranqueable entre la historia que el artista español quiere contar y el modo en que la cuenta: de trazo limpio y simple —la portada es un insigne exponente de lo que podemos encontrar en el interior— que, no obstante, se da a experimentaciones algo extrañas a lo largo de la lectura, es el surrealismo lo que marca el avance de ésta; un surrealismo que quizás no llega a obscurecer la comprensión página a página de lo que va sucediendo pero que, sin duda, afecta a lo que finalmente se extrae del volumen.
En esa última cualidad, la de obscurecer hasta el paroxismo el mensaje último que se quiere trasladar al lector, retoza descontrolado ‘¡Cuidado, que te asesinas!’. Tanto es así, que aún no habiendo transcurrido muchos días desde que acometiera su lectura, me cuesta trabajo hilvanar un par de sentencias que pudieran servir de guía acerca de alrededor de qué diantres gira el volumen firmado por Lorenzo Montatore. Y no, no exagero, es tanto el talante caótico y alucinado de las páginas de este tebeo que a lo máximo que puedo aspirar es, si acaso, a advertiros que, de acercaros a él, lo hagáis con cierta cautela, no vaya a ser que el nivel de lisergia que aquí gasta el madrileño os deje temporalmente atontados.
Budapest
- Autores: Chema Peral
- Editorial: La Cúpula
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 132 páginas
- Precio: 13,20 euros en
¡Cuidado, que te asesinas!
- Autores: Lorenzo Montatore
- Editorial: La Cúpula
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 104 páginas
- Precio: 11,40 euros en