Con la de incontables veces que he alabado la labor de la editorial en los últimos años, podría parecer que, en mi papel de «adalid» de Image, tengo los ojos tan vendados que soy incapaz de ver lo negativo de la compañía cegado como estoy por la ingente cantidad de luz que nos hace llegar mes a mes. Y nada más lejos: mientras que Marvel produce tebeos como churros, importándole más bien poco que un equipo creativo tenga continuidad en el tiempo mientras que sus comic-books sigan agolpándose en las tiendas especializadas estadounidenses; Image cuida y mima a sus autores y colecciones hasta tal punto que resultaría inconcebible que hubiera sido otro dibujante el que hubiera dado fin a ‘The Walking Dead‘ o que, centrando nuestro discurso en la entrada que nos ocupa, viendo el «sobrenatural» —no pun intended—estilo de Nicola Scott y la incuestionable personalidad que aporta al guión de Greg Rucka, la editorial hubiera dado prioridad a la regularidad y/o el vil metal sobre la ejecución y el acabado, permitiendo que se llegará a la aparición de esos fillers a los que ya nos tienen acostumbrados las dos majors y que, salvo casos muy contados, tanto afean el resultado final —todavía duele el que en ‘Freedom Fighters‘, que dibuja en su totalidad Eddie Barrows, en DC metieran con calzador a un artista poco más que resultón para ¡un único número! de los doce que conforman la espléndida maxiserie—.
Pero, ¿no ibas a comentar algo negativo? Sí, ya llego. Impacientes, que sois muy impacientes.
La fidelidad de Image a su política y al hecho de que las cabeceras no sean propiedad de la editorial sino de los autores, tiene como consecuencia directa, ya lo comentaba en su momento cuando escribimos sobre el primer volumen de ‘Black Magick’, que si por circunstancias, las que sean, alguno de los dos implicados principales en el desarrollo de las mismas no puede realizar su trabajo, la aparición mensual se paralice por completo hasta nuevo aviso. Un nuevo aviso que, en el caso de esta mágica propuesta, llevamos aguardando desde hace ¡¡¡dos años!!! ¡¡¡DOS AÑOS!!! Veinticuatro meses desde que Rucka nos dejara con el ánimo al borde de un precipicio con un cliffhanger de esos capaces de cortar el aliento. 730 días desde ese último puñado de páginas que alteraban por completo el paradigma de la vida de Rowan Black, la policía/bruja protagonista. Demasiadas horas para no desesperar —todo lo que se puede desesperar por un tebeo, claro— aguardando con impaciencia a que Scott, porque es evidente que la responsabilidad recae sobre la dibujante, tenga varios ejemplares terminados para que, suponemos, Image dé el visto bueno a su salida.
Una salida que, según parece, es inminente —el tercer TPB recopilatorio de la serie está previsto para diciembre de este 2020— y que, esperemos, tenga continuidad más allá de los seis números que probablemente nos ofrezcan. Seis números que, entendemos, serán insuficientes para cerrar el fascinante entramado que Rucka ha tejido con ‘The First Book of Shadows’ —así es como han titulado el primer HC que recopila los once números aparecidos hasta ahora— en una serie que, insistimos, si no fuera por su aperiodicidad, y lo que ella comporta, estaría ahí, inamovible, como parte de las cinco mejores cabeceras que publica Image.
Black Magick 2. El despertar II
- Autores: Greg Rucka y Nicola Scott
- Editorial: Norma Editorial
- Encuadernación: Rústica
- Páginas: 152 páginas
- Precio: 16,62 euros en