Estamos a mediados de los años 90. Doug Moench y Kelley Jones (que había atraído la atención en su participación en el ‘Sandman’ de Gaiman) ya han coincidido en su trabajo con el Hombre Murciélago primero en ‘Batman & Drácula: Lluvia Roja’ (1992) y más tarde en sus continuaciones ‘Tormenta de sangre’ y ‘Niebla carmesí’. Era cuestión de tiempo de que este dúo le ofrecieran ser el equipo creativo de la priincipal cabecera de Batman, cosa que ocurrió en abril de 1995, en el primer capítulo que el tomo ‘Batman: Fundido en negro’, editado por ECC, recopila, y que se prolongaría a lo largo de tres años.
Kelley Jones es un autor de estilo muy personal: sus rasgos son reconocibles enseguida. Su dibujo hiperbólico, feísta, con un uso muy característico de las sombras, y la tendencia a usar unos rasgos muy exagerados (expresiones casi desencajadas, fisonomías imposibles, retratos al borde de la caricatura), que lo emparentan con el expresionismo, nos devuelve uno Batman más monstruoso que nunca, casi animal, que se repliega en posturas extremas y lleva un traje con marcadas garras y una capa que podrían haber inspirado al mismo McFarlane para su Spawn si no fuera porque éste apareció el mismo año que la primera colaboración entre Moench y Jones.
Jones es el encargado pues de llevar la oscuridad de Batman al extremo, de dejarnos una ambientación de pesadilla, pero este estilo tenebrista no estaría completo de no ser por la propuesta narrativa de Doug Moench, que aprovecha para ahondar en el lado más sombrío y misterioso de Gotham: ritos vudú, bailes de máscara, parques de atracciones abandonados, asesinos noctívagos programados en sueños, y la aparición de los personajes más terroríficos del universo DC, entre ellos un enemigo como El Espantapájaros o invitados especiales como la Cosa del Pantano.
Así, Batman debe enfrentarse a criminales como la Araña Negra, la banda de la Máscara Negra o Killer Croc, todos relacionados entre sí por tener un trasfondo grotesco, misterioso, oscuro. Pero Moench no se centra exclusivamente en el Cruzado Enmascarado, sino que una parte importante de la trama recae sobre el Inspector Gordon y los convulsos momentos que vive la comisaría de la Ciudad Gótica.
El único punto y aparte estilístico es el que pone el episodio que da título al tomo español y que es dibujado por el uruguayo Eduardo Barreto, cuyo fenomenal trazo heredero de Neal Adams, Kubert padre o Jordi Bernet sólo hace que lamentemos más profundamente su pérdida, que aconteció hace unos tres años.
Sin ser una obra maestra, este primer volumen de Moench y Jones al frente de Batman se deja leer bien, es entretenido, y sobre todo, es una muestra del talento de ambos autores para facturar una continuidad de Batman en condiciones. Me quedo, especialmente, con el talento de los dos extraordinarios dibujantes que nos entregan su arte en este tomo.
Batman: Fundido en negro
- Autores: Doug Moench, Kelley Jones y VVAA
- Editorial: ECC
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 216 páginas
- Precio: 21,50 euros