‘Batman Contra Ra´s al Ghul’, quien tuvo, retuvo

Lo siento, sé que muchos del lugar empiezan a blasfemar y a exigir sangre cada vez que un autor de esos que vamos a llamar “clásicos” publican alguna obra nueva. Lo siento si alguno no entiende la emoción que me provoca ver el nombre de alguien como Neal Adams en la portada de un comic que acaba de ver la luz. Y lo siento si algunos de estos aficionados piensan que la historia personal de su personaje favorito se ve mancillada por las desgastadas habilidades de una leyenda de ese calibre. La llegada a las estanterías de las librerías especializadas de este ‘Batman Contra Ra´s al Ghul’ ha sido toda una sorpresa y una estupenda noticia para el mundillo puesto que estamos hablando de un autor, Adams, cuyo cénit creativo habría que buscarlo en DC Comics, y más concretamente en la cabecera protagonizada por El Hombre Murciélago. Que años después (unos cincuenta más o menos) siga al pie del cañón y sea capaz de entregar un trabajo como este creo que debe ser tomado como algo positivo. Y no crean que necesita a demasiada gente o colaboradores para culminar la empresa, él es único que aparece en los créditos de la obra, autor completo pese a quien le pese.

El legendario autor neoyorquino sabe muy bien a qué personaje arrimarse, en los últimos años hemos visto como su nombre se ligaba a iconos de las viñetas como Los X-Men, Los 4 Fantásticos, Superman o, evidentemente, Batman. Una cosa no quita la otra, hay que tener en cuenta que no estamos ante el Adams de los años 70, aquel que le voló la cabeza a más de uno con el clásico enfrentamiento entre El Demonio y El Caballero Oscuro. Entonces, ¿falta algo? Más bien falta alguien, en concreto un Denny O´Neil, el compañero de armas de Adams con el que firmó aquellas inolvidables etapas en “Batman” y “Green Lantern / Green Arrow”. Esto se va a notar principalmente a la hora de hacer avanzar la trama, el bueno de Neal es un magnífico ilustrador pero queda algo más limitado en su faceta como guionista. Tiene muy buenas ideas, demasiadas, su guión está plagado de momentos que, como aficionado, le gustaría leer en un tebeo, pero su presentación puede llegar a ser un tanto atropellada. Incluso a la hora de exponer el argumento de la miniserie podríamos encontrar alguna que otra dificultad al hacerlo. Existe un hilo conductor que sería el enfrentamiento entre héroe y villano que se extiende a lo largo de un buen número de páginas, esto da lugar a unas situaciones que nos recuerdan a los días de gloria del autor en el título. ¿No se lo creen?

Pues para empezar vamos a ser espectadores de unas olimpiadas de Batman, un giro de guión que nos traslada directamente a los años setenta y que, en una lectura actual como esta, puede llegar a provocar cierta expresión de incredulidad en el lector. Sabemos el autor con el que estamos tratando, digamos que este tipo de “licencias” van incluidas en el lote, así que si queremos disfrutar de su habilidad a los lápices también tenemos que lidiar con este tipo de marcianadas. Y es en este preciso instante cuando podemos empezar a deleitarnos con el Adams dibujante, el que todo el mundo conoce y que, a día de hoy, sigue conservando mucho de lo que encandiló a los aficionados en el pasado. Estamos hablando de un señor de ochenta años y, sí, algo ha podido perder por el camino, pero sus páginas siguen llenas de fuerza y espectacularidad. La forma en que se mueven sus personajes es marca de la casa, hay poses en este volumen que siguen tan vigentes como hace años y su Batman, su Caballero Oscuro, tiene algo especial, algo característico que hace que lo relacionemos directamente con él. Su estilo es inconfundible, es lo que lo hizo grande hace años, quizás siga pensando (de cara a enfrentarse a una página en blanco) igual que entonces pero nadie puede negar la grandeza de un autor que el tiempo ha tratado bastante bien. Y lo siento si alguien no lo ve así. Yo sí, y bien que me alegro.