No, este título no esta mal escrito. Porque para empezar este álbum no va sobre ese grito contra el poder y lo establecido que fue mayo del 68, aunque, ambientada en la Francia de principios de los 60, sí encontramos en él ese germen inconformista que daría pie a un movimiento que sí no lo cambió si agitó el planeta. ‘Bajo los guijarros, la playa‘ es la historia de como menos de quince días bastaron para dar la vuelta al mundo de un joven que hacía años veía su futuro marcado, planteándose si este era lo que realmente quería.
Algo tan simple como ir a comprar muebles a un mercadillo, escena con la que se abre este cómic, basta para definir tanto a su protagonista, Albert, como a su padre, un personaje que va a ser clave en el desenlace del relato, cuando ambos compran una pieza regateando al extremo, algo que no necesitan y cuyo precio original sin duda se puede permitir. Pero el verdadero arranque de la historia llega cuando, apenas dos semanas antes de que entre en la Academia militar y sus amigos en la universidad, se queden prácticamente solos en un pueblo que queda vacío fuera de los periodos vacacionales. Sin padres, con acceso a las bodegas de sus progenitores y todo el tiempo del mundo Francis, Edouard y Albert se dedicarán a divertirse hasta que una chica misteriosa les haga una jugosa proposición que acabará en un chantaje que les pondría en una situación ante padres y profesores y que les hará convertirse en cómplices de un turbio asunto. Pero para nuestro héroe supondrá algo muy distinto ya que Albert, enamorado y correspondido por Odette, la bella timadora, tomará una decisión que chocará con todo lo que sus padres e incluso sus propios amigos esperan de él.
‘Bajo los guijarros, la playa’ es una fusión de géneros y matices. Con cierto aroma a la nouvelle vague, sin faltar algún guiño a esa musa que fue Jean Seberg, y una pizca de género negro estamos ante un relato iniciático que lleva a nuestro protagonista no sólo a descubrirse a sí mismo, sino a redescubrir su libertad. A pesar de que el modo en que empieza a relacionarse con Odette puede parecernos algo repentino, incluso brusco, la historia fluye de manera suave en una trama que va de lo crudo, como las regerencias a las consecuencias de la guerra, a lo bucólico, como en la escena del prado. Su fuerte aroma cinematográfico, con unas viñetas en las que no es difícil perderse, ayuda a que nos introduzcamos en este cómic sin prisa, pero sin pausa, dejándonos una sensación dulce pero con trasfondo amargo.
Y si su historia cala su dibujo simplemente hipnotiza. De toque realista y cuidada factura su falso blanco y negro que esconde una apagada paleta de tonos pastel mezclada con grises hacen de esta una obra de original y bello estilo de la mano de un Pascal Rabaté que ya ha demostrado su buen hacer en títulos tan memorables como ‘Ibicus‘, y que nos deja viñetas tan hermosas como aquellas en las que las sombras de los arboles se proyectan sobre uno de los personajes.
‘Bajo los guijarros, la playa’ tiene un fuerte aroma clásico, pero a la vez sabe introducir con fluidez toda una serie de giros que no por intuidos resulta menos sorprendente en la que es ya una de las sorpresas más agradables que nos ha deparado la historieta europea en lo que va de año. Una historia que no cuesta imaginar en forma de película, entre la belleza de sus imágenes y la fuerza de esta fábula sobre el fin de la inocencia. Fuera de la ciudad, donde en vez de adoquines hay guijarros, los que se consideran pilares de la sociedad revelan su lado oscuro. Fuera de la ciudad hay lugar para el crimen, pero también para el amor. Y sobre todo hay una puerta hacia la libertad, esa que la cuna puede negarte, pero no tu propia alma.
Bajo los guijarros, la playa
- Autores: Pascal Rabaté
- Editorial: Planeta Cómic
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 152 páginas
- Precio: 25 euros
