Tercera entrega de esta sección en la que intento rescatar momentos, viñetas, escenas del cómic que se me han quedado grabadas en la retina. Hay escenas, con las que te diviertes, hay otras que simplemente te dejan extasiado, algunas con las que te quedas estupefacto… en fin, dentro del arte secuencial los responsables de un cómic deben evitar dejar indiferente al lector.
En esta ocasión vamos a hablar de una escena muy dura, en una serie cuya premisa ya de por sí nos muestra lo peor del ser humano, la serie creada por Brian Azzarello y Eduardo Risso para Vertigo, ‘100 Balas’.
‘100 Balas’ 11
‘100 Balas’ es una serie de género negro que acaba de finalizar su andadura en EEUU con la aparición, el pasado mes de abril, del número 100. Una serie escrita y dibujada por un tándem único, el formado por Brian Azzarello y Eduardo Risso quienes a lo largo de los años han representado en esta serie lo peor de la condición humana, bandas, mafias, prostitución, corrupción… En este mundo, llega el Agente Graves, se sienta a tu lado, te cuenta que sabe de lo que te ha pasado, conoce quien es el culpable y te da un maletín con pruebas irrefutables, una pistola y cien balas que según él son irrastreables.
De todas las historias que cuentan en esta serie, la que hoy ocupa esta sección es, probablemente, la que más toca al corazón de dura que es. Esta escena pertenece al número 11 de ‘100 Balas’, número que probablemente sea uno de los mejores números individuales de la serie… y del cómic del último decenio.
Este número cuenta la historia de Lilly, una camarera, cuya hija lleva desaparecida cuatro años que atiende a un cliente muy particular: nuestro Agente Graves. Y éste le cuenta que «conoce a su hija». Comienza entonces un relato detallado del desagradable destino que ha tenido Tina durante los pasados cuatro años y el fatídico final de la historia. La escena la podeis leer, en inglés eso sí, en la galería que sigue.
A mí se me encoge el corazón cada vez que leo este cómic, lo hizo cuando leí esta historia en uno de los primeros tomos que sacó Norma, cuando lo volví a leer en la edición realizada por Planeta de Agostini… y lo ha vuelto a hacer cuando lo he vuelto a leer para preparar este artículo. Una historia muy cruda que sencillamente te deja sin palabras.
Podría extenderme en ese sentido, seguir describiendo cómo fueron capaces Azzarello y Risso de crear este ambiente, esta historia… pero me temo que sería dar vueltas sobre lo mismo. Y es que esta escena habla por sí misma, mostrándonos el lado menos agradable de la humanidad. No es una historia fácil de digerir, de hecho yo todavía no lo he hecho. No importa las veces que lo lea, siempre me parecerá una historia no apta para todos los públicos. Digna de ser leída y ser recordada. La serie puede tener momentos álgidos y otros más flojos, pero yo siempre la recordaré por esta historia.
PD. Podeis encontrar esta historia en ‘100 Balas’ 6 de Planeta de Agostini y en ‘100 Balas: Segunda Oportunidad 3 de 3’ de Norma Editorial.
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