Ha pasado la friolera de 75 años desde que el Velocista Escarlata debutara en las páginas de un tebeo. Tres cuartos de siglo que han dado para mucho, con etapas más o menos memorables, y que a día de hoy han dejado a Flash en una posición nada desdeñable, con su propia serie de televisión, una serie regular con un equipo creativo competente, y un papel relevante dentro del espectro global del Universo DC. Y para celebrar como es debido esos 75 años de carrera —nunca mejor dicho—, ECC Ediciones pone en circulación este volumen, ‘Especial Flash Comics (1940-2015): 75 años de Flash’, que recoge un puñado de historias emblemáticas del personaje. Todas ellas tienen en común el haber sido creadas por autores de renombre (no todos por su labor concreta en Flash, pero sí al menos por el resto de su producción), así como un tono por lo general desenfadado y humorístico. Todas ellas son, además, autoconclusivas, e incluso algunas están relacionadas entre sí, pese a haberse publicado en épocas diferentes.
El volumen arranca, como no podía ser de otro modo, con la primera aventura de Flash, guionizada por Gardner Fox e ilustrada por Harry Lampert. Contada con la enternecedora ingenuidad propia de la Edad de Oro, la historia nos explica cómo Jay Garrick obtuvo sus poderes y se convirtió en el primer Flash. La segunda historia, facturada por Robert Kanigher y Carmine Infantino, nos cuenta los orígenes del que a la postre ha resultado ser la encarnación más famosa del personaje, Barry Allen. La historia tiene una ejecución muy moderna para haberse publicado en 1956, tanto por el guiño de que Barry sea lector de los tebeos del Flash original, como por escenas tan dinámicas como aquella en la que Barry recoge los platos que se van a caer de la bandeja de una camarera. El villano tampoco tiene ningún desperdicio: La Tortuga, el tipo más lento del mundo. Además, fue la historia con la que Flash, al fin, dejó de ponerse un orinal con alas en la cabeza.
Seguidamente nos encontramos con una propuesta de Grant Morrison, que une en una misma historia a los dos Flash, Garrick y Allen. Como voz narradora escoge a un niño de ocho años que está escribiendo una redacción para el colegio. Los dibujos en esta ocasión corren por cuenta de Mike Parobeck. A continuación es el turno de Brian Augustyn, que firma un guión un pelín tonto en el que Flash vuelve a vérselas con La Tortuga. La cuestión es que ese día le han montado un homenaje por todo lo alto en Central City, y al haber tanta gente congregada no consigue llegar hasta el villano. En fin… Al menos Ty Templeton aporta un simpático apartado gráfico que hace que la historia no resulte una pérdida de tiempo total. Después nos encontramos con John Byrne, autor capaz de lo mejor y de lo peor en los tebeos pijameros, y que aquí digamos que se queda a medio camino de ambos extremos. En su historia volvemos a ver reunidos a los dos Flash originales.
Jeph Loeb desata la vena más detectivesca de Flash en “El hombre más rápido… ¡muerto!”, acompañado por los estupendos lápices de Ed McGuinness. Pese a su abrupto final, es una de las mejores historias de este volumen, en la que el Velocista Escarlata debe reunir pruebas para inculpar al villano que le ha pegado un tiro. Después de eso, Mark Millar se sale por la tangente compartiendo protagonismo con el propio Flash, basándose en una divertida propuesta: que los superhéroes existen de verdad, y los guionistas de cómics son una especie de cronistas de sus peripecias en el mundo real. Le acompaña el dibujante Ariel Olivetti, que sabe sacar bastante partido de un guión en el que básicamente Millar y Flash están charlando a un lado y a otro de una mesa. Por último, Dennis O’Neil y Doug Mahnke nos cuentan una divertida historia en la que Flash se encuentra con uno de sus editores más importantes, Julius Schwartz. Su misión será publicar un tebeo en tiempo récord para salvar la vida del Velocista Escarlata.
Además de una galería de portadas al final, cada historia se enriquece con una biografía de los autores implicados. Todo esto da como resultado un volumen muy entretenido que, pese a estar compuesto por historias poco convencionales que escapan de la continuidad normal del personaje, resultan muy representativas de lo que Flash puede dar de sí. Sus seguidores más acérrimos tienen una cita indispensable con este volumen, que también supone un buen punto de partida para aquellos que no sepan muy bien por dónde empezar a leer sus aventuras.
Especial Flash Comics (1940-2015): 75 años de Flash
- Autores: VV.AA.
- Editorial: ECC Ediciones
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 136
- Precio: 15,50 euros