A Planeta el pasado Salón del Manga le pilló con los pantalones bajados. Tras anunciar una cantidad ingente de novedades meses antes, la decepción fue mayúscula al ver su stand repleto de mucho cómic (cuando es un salón de manga) y, para más inri, con muy pocas novedades. Una de esas novedades fue este Batman: La Máscara de la Muerte, un manga firmado por Yoshinori Natsume (creador del manga Togari), quien toma el relevo de Kia Asamiya en lo de llevar al personaje creado por Bob Kane al género del cómic nipón.
La diferencia principal entre la obra de Asamiya, Batman: Children of Dreams, y este Batman: La Máscara de la Muerte, es que la primera fue originariamente publicada en Japón, mientras que esta segunda fue una obra manga orientada en un principio al mercado USA, alcanzando el curioso honor de ser la primera obra con sentido de lectura oriental en publicarse en norteamérica. Y atención que estamos hablando de un manga publicado este mismo año en USA, así que nos podemos hacer una idea de la poca aceptación de este género en Estados Unidos, al menos respetando su formato original.
En Batman: La Máscara de la Muerte se intenta dar una segunda versión del origen de la iconografía del caballero oscuro. Por todos es conocido el hecho de que Bruce Wayne eligió la estampa de un murciélago con el propósito de amedrentar a los villanos de Gotham City, pero ¿y si no hubiera sido así? En este manga, Natsume barre para casa y nos deja intuir, porque la verdad es que no lo pone sobre la mesa explícitamente, que el origen del intimidador traje del héroe estuvo en Japón, mientras un joven Bruce Wayne se formaba para llegar a ser el justiciero de Gotham.