Desde canijo me ha encantado el humor de Vázquez, tanto en sus tebeos juveniles como en los dirigidos al público adulto, y por eso ha sido una alegría encontrarme con este álbum dedicado a ‘La familia Churumbel’, una serie de la que apenas había leído nada. Puede que se trate de una obra menor en comparación con sus creaciones más recordadas (‘Anacleto, agente secreto’, ‘Las hermanas Gilda’, ‘La familia Cebolleta’…), pero el despiporre está igual de asegurado.
‘La familia Churumbel’ inició su publicación en 1960, en el primer número de la revista ‘El campeón de las historietas’. En ella Vázquez nos presenta las peripecias de una familia gitana que se busca la vidilla con toda clase de hurtos, timos y triquiñuelas. Así, mientras que el abuelo tiene buena mano para «llevarse prestados» toda clase de objetos enormes, desde animales hasta edificios enteros; Manué, el padre de familia, tiene ideas tan peculiares como la máquina de fabricar duros, sin olvidar su afición a guindar burros.
También tenemos a la oveja negra de la familia, el hijo mayor, que al inicio de cada historieta se busca un trabajo nuevo, para vergüenza de sus progenitores. Y por último la madre, siempre con el bebé a cuestas, que ya apunta maneras en eso de afanar lo ajeno. Todas sus historietas ocupan una página y están cargadas de los mamporros, malentendidos y líos varios que caracterizaban a las publicaciones de Bruguera de la época.