‘La familia Churumbel’: aventuras y desventuras de una familia gitana

Desde canijo me ha encantado el humor de Vázquez, tanto en sus tebeos juveniles como en los dirigidos al público adulto, y por eso ha sido una alegría encontrarme con este álbum dedicado a ‘La familia Churumbel’, una serie de la que apenas había leído nada. Puede que se trate de una obra menor en comparación con sus creaciones más recordadas (‘Anacleto, agente secreto’, ‘Las hermanas Gilda’, ‘La familia Cebolleta’…), pero el despiporre está igual de asegurado.

‘La familia Churumbel’ inició su publicación en 1960, en el primer número de la revista ‘El campeón de las historietas’. En ella Vázquez nos presenta las peripecias de una familia gitana que se busca la vidilla con toda clase de hurtos, timos y triquiñuelas. Así, mientras que el abuelo tiene buena mano para «llevarse prestados» toda clase de objetos enormes, desde animales hasta edificios enteros; Manué, el padre de familia, tiene ideas tan peculiares como la máquina de fabricar duros, sin olvidar su afición a guindar burros.

También tenemos a la oveja negra de la familia, el hijo mayor, que al inicio de cada historieta se busca un trabajo nuevo, para vergüenza de sus progenitores. Y por último la madre, siempre con el bebé a cuestas, que ya apunta maneras en eso de afanar lo ajeno. Todas sus historietas ocupan una página y están cargadas de los mamporros, malentendidos y líos varios que caracterizaban a las publicaciones de Bruguera de la época.

Así pues, como se ve ‘La familia Churumbel’ aprovecha los tópicos que siempre se han relacionado con los gitanos y los lleva hasta el límite. Hay quien ve un cierto deje racista en el tono de esta serie, mientras que Antoni Guiral, en el prólogo de este álbum, indica que más bien la intención de Vázquez era explotar estos tópicos y ridiculizarlos para realizar «una crítica solapada a la visión popular de los gitanos».

Yo personalmente no me inclino por ninguna de estas explicaciones. Me quedo con que Vázquez era un autor con un sentido del humor ácido y afilado para el que cualquier aspecto de nuestra sociedad podía ser objeto de chiste. No debemos buscar ningún ataque en ‘La familia Churumbel’ porque la finalidad es divertirse y echarse unas risas, sin más. No creo que haya un mensaje implícito más allá del cachondeo puro y duro, pero tampoco un deseo de ridiculizar a los gitanos. A este álbum hay que acudir sin complejos y con ganas de pasar un buen rato, y si eso se cumple, las carcajadas están aseguradas.