Una vez que el trabajo técnico está acabado toca el turno de la distribución. Hoy en día esta es la parte más fácil del proceso global del fansub. Casi todos los grupos de fansub disponen de una web propia en la que van colgando los capítulos de sus series para que puedan ser descargados, normalmente mediante BitTorrent, incluso hay comunidades como Frozen Layer (la más importante en el sector hispano) que aglutina las releases (o nuevos capítulos) de numerosos grupos de fansub conforme son publicados por estos.
¿Cómo se realizaba la distribución del fansub en los lejanos 80 y principios de los 90? Pues con un procedimiento digno de una red de tráfico de armas (sin ofender), me explico. Los distribuidores del anime fansubeado normalmente no eran los mismos que habían realizado el trabajo técnico. La distribución se realizaba mediante cintas VHS, el formato rey de aquella época, y lo tipico era que el interesado en obtener un anime fansubeado enviara por correo al distribuidor cintas vírgenes para que este último le hiciera una copia, abonando además los gastos de envío. Otra opción era la de que el propio distribuidor realizara las copias y se buscara la vida para colocarlas, pidiendo a cambio un pequeña compensación económica que le permitiera cubrir gastos. Como véis, se trataba de todo un trabajo cuasi artesanal que suponía una gran inversión de tiempo y dinero tanto por parte de los distribuidores como los fansubers en si. Como ya dije, un ejemplo de filantropía.