Cuando uno empieza a jugar a ‘Batman: Arkham City‘ no puede sino sentir cierta sensación de estar viviendo otra vez lo mismo que en ‘Arkham Asylum‘. Todo en el nuevo juego de Batman durante los primeros minutos transmite ese déjá vu, de estar solo ante un DLC vendido aparte.
Afortunadamente, poco a poco ese runrún va dejando paso a otro mucho más acertado: estamos ante un titulo que perfecciona las mecánicas del primero, así que es lógico que fuese más grande, más amplio y “más”, puesto que si en algo se quedaba corto ‘Arkham Asylum’ era en espacios abiertos.
‘Arkham City’ crece a lo grande y desde el primer momento se viste de sandbox. Nosotros somos Batman y como tales decidimos qué queremos hacer según nuestras preferencias y nuestro recorrido por los cielos y tejados de Gotham. A veces, eso sí, serán los criminales los que nos marquen el ritmo, tal y como le ocurre al Batman de los cómics y de las películas: a veces no le queda otro remedio que perseguir en vez de ir por delante.