Samurais, mechas, dragones, zombies nazis y un plantel de bellezas que quitan el hipo bajo la batuta del director de ‘300’ y ‘Watchmen’. ¡¿Qué podía salir mal?! ¿Verdad? ‘Sucker Punch’ arranca con una original introducción en la que Zack Snyder juega con la idea de presentar a los personajes mediante un conseguido videoclip sustituyendo los diálogos por imágenes. Acto seguido se nos presentan los objetos, sí, los objetos, que tendrán un lugar importante en la trama; y a continuación, saltamos directamente a una prodigiosa secuencia de acción en la que nuestra pálida protagonista se enfrenta a tres samurais de cuatro metros de altura y mucha mala leche.
La secuencia se toma sus licencias y sienta las bases de lo que seguirá: lo que vemos no es real, todo está permitido. Un retaco de metro cincuenta puede resistir un puñetazo de una de estas bestias dejando un cráter en el suelo del impacto. La chica es como Neo en Matrix; dale una katana y una pistola y automáticamente será capaz de realizar toda clase de piruetas para encadenar un ataque imposible. Mola.
Lástima que la película termine aquí, apenas 30 minutos después de comenzar. Lo que sigue es una lamentable y quejosa repetición del esquema “secuencia de diálogo que no le importa a nadie” y “secuencia de acción cuyos mejores planos ya salen en el tráiler” para hilar un argumento que sobre el papel parecía una idea fandomeramente brillante (repito, ¡zombis! ¡nazis! ¡dragones! ¡samurais!… ¡y chicas salidas de un club de streepers!) pero que finalmente demuestra ser tan ridículo como aburrido. Mortalmente aburrido.