Las pistas estaban ahí. Las señales eran claras, pero me negaba a creer que Christopher Nolan hubiera triunfado donde unos fracasaron estrepitosamente y otros solamente habían conseguido un producto de entretenimiento que únicamente incitaba a comer palomitas, consumir refrescos y echar una risas muy puntualmente.
Pero ayer por la tarde vi la luz. Vi como un director de menos de 40 años, con sólo siete películas a sus espaldas, era capaz de dar una auténtica lección, no sólo de como adaptar un cómic a la gran pantalla, sino una lección de cine en toda regla. Una bofetada en la cara de gente como Tim Burton, Joel Schumacher (este se merecía una patada en los huevos), Bryan Singer e incluso Ang Lee. Un increible ejemplo de hacia dónde debe ir el cine actual y que ha demostrado que la calidad no está reñida para nada con la taquilla. Sí, he visto El Caballero Oscuro, y es una auténtica pasada.