Después de diseccionar la vida diaria con ‘Los combates cotidianos’, Manu Larcenet se embarcó en una nueva serie que puede considerarse como un híbrido entre el interés por analizar el interior de sus personajes que ya mostró en aquella obra, y la fantasía mostrada en otros trabajos como ‘Los mundos intermedios’. Bajo un manto abstracto y enigmático, ‘Blast’ nos acerca a las peripecias de un personaje misterioso y atormentado.
Todo comienza con el arresto de Polza Manzini, un hombre increíblemente obeso, a causa de algo terrible que supuestamente le ha hecho a una joven, Carole Oudinot, y que aún no nos ha sido desvelado. Esta forma de comenzar la historia in media res nos despierta de inmediato la intriga por conocer los hechos, pero no tardaremos en darnos cuenta de que esto no es un cómic de misterio. No, al menos, en el sentido estricto de la palabra.
Sí existe un enigma, el del propio Manzini, saber quién es y cómo ha llegado a su situación. Pero más que sus actos, lo que iremos descubriendo es todo lo que bulle en el interior de su cabeza. Al fin y al cabo, este primer volumen de ‘Blast’ no tiene demasiada acción, el ritmo es lento y pausado, y la intensidad que transmite se consigue a partir de los tormentos mentales del protagonista.