La fantasía es un género complicado, yo diría que más complicado que la ciencia ficción ya que requiere de un trasfondo histórico que no siempre se da en la literatura de anticipación. Remarcaba Tracy Hickman, en una de las primeras anotaciones de ‘Crónicas de la Dragonlance’, la necesidad de dotar al mundo fantástico que se crea de unas raíces y un contexto histórico profundo:
La percepción de distancia en el tiempo es lo que da a estos mundos una sensación de realidad y de que sus gentes proceden de un lugar con raíces
En cosas como estas es cuando sagas como ‘Harry Potter’ no logra el favor de la crítica literaria al, entre otras muchas carencias, otorgar a Hogwarts y su mundo mágico un pasado creado completamente sobre la marcha y de un modo muy superficial. Esta máxima expresada por Tracy Hickman se ve reflejada (aunque no como cabría esperar) en ‘Los Cánticos de Bronce’, trilogía compuesta por ‘El Guerrero Místico’, ‘La Búsqueda Mística’ y ‘El Imperio Místico’.