Aquí os dejo una pequeña muestra de las exposiciones que pudimos ver durante el Expocómic 2010, celebrado este pasado fin de semana. Como recordaréis, las muestras estaban dedicadas a Santiago Sequeiros, Emilio y Carlos Freixas, Alfonso Zapico y J. M. Martín Saurí. Se echó de menos la inclusión de originales de otros autores que asistieron al salón, como Klaus Janson y Frank Quitely, pero qué le vamos a hacer…
Personalmente, la que más me gustó fue la de Sequeiros, con ese estilo que tiene aparentemente sencillo pero cargado de fuerza. Las ilustraciones y las páginas que encontramos aquí te hacían quedarte un buen rato mirándolas, tratando de desentrañar lo que el autor te transmite con ellas.
En un tono más realista teníamos la visión del Rey Arturo de J. M. Saurí, preciosas ilustraciones a pincel aderezadas con el uso de las aguadas. Y más de una lagrimilla soltarían los lectores veteranos al ver los originales del Capitán Misterio y de Pistol Jim, a cargo de Emilio y Carlos Freixas respectivamente. Por último, buen sabor de boca dejaron también las planchas de ‘Café Budapest’, de Alfonso Zapico, otro autor al que debemos tener muy en cuenta.
Pocos minutos después de que se publiquen estas líneas, abrirá sus puertas la 13ª edición de Expocómic, que este año trae consigue una importante novedad al cambiar el lugar de celebración del evento. A partir de ahora, los amantes del cómic y todo lo relacionado con él deberemos acudir al Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, muy cerquita del Pabellón de Convenciones donde se ha celebrado estos últimos años, con la diferencia de que ahora tendremos a nuestra disposición más del doble de espacio que en las ediciones anteriores (algo más de 4000 m2).
‘La guerra del profesor Bertenev’ nos conduce hasta la Rusia de 1856, fecha en que se produjo la guerra de Crimea. Este conflicto enfrentó al Imperio Ruso contra una coalición de países entre los que se encontraba Inglaterra. Al igual que cualquier guerra, esta acabó con la vida de muchas personas y cambió por completo las de muchas otras. En este segundo grupo se encuentra el profesor Bertenev, que pasó de ser un maestro de escuela en Moscú, a encontrarse en mitad del bosque con una bayoneta en la mano.
