Hasta que no se publican unos cuantos tomos, es difícil hacer una valoración acertada de un manga. No son pocos los que se hunden tras un comienzo prometedor, sobre todo cuando empiezan a repetirse una y otra vez con las mismas situaciones. Si bien esos quedan a merced del olvido y de mercadillos callejeros, otros consiguen mantenernos fieles.
Es el caso de Karin, la edición española del manga Chibi Vampire, de Yuna Kagesaki. La protagonista es una jovencita con unas cualidades vampíricas muy particulares: en lugar de chupar la sangre de sus congéneres, lo que hace es producirla en grandes cantidades y necesita inyectársela a alguien para no convertir el lugar en una película de Herschell Gordon Lewis.
Karin es un shonen en toda regla, aderezado con toques de comedia romántica, peripecias de instituto y personajes sobrenaturales que recuerdan en su estética a las gothic lolitas. Planeta ya ha editado 5 tomos de la serie (a un precio bastante asequible, por cierto), así que es un buen momento para hacer inventario y repasar los encantos de este manga.
La protagonista no difiere mucho de las de otros mangas: es un poco inocentona, de buen corazón y su torpeza siempre le conduce a malentendidos disparatados cuando se topa con Kenta, el chico que le gusta. Él, por su parte, interpreta el papel de chico desfavorecido que trata de salir adelante con sus estudios y algún currillo ocasional.
La relación entre ellos es la que genera los momentos más hilarantes de la historia. Aunque de por sí no sea un argumento novedoso, esta historia de amor humano-vampira consigue captar nuestra atención.
Mención aparte merece la familia de Karin, que a medida que avanzan los tomos obtiene un mayor protagonismo en la historia. De todos ellos (la madre chapada a las antiguas tradiciones vampíricas, el protector padre demoniaco y el hermano frívolo y despiadado), me quedo con Anju, la hermana pequeña de Karin. Estéticamente, es el personaje más atractivo. Sus poderes aún están despertando, pero creo que esta niñita callada que domina a los murciélagos y habla con sus muñecas puede dar muchísimo juego en el futuro.
Cada miembro de la familia bebe la sangre de una única clase de personas: el padre se inclina por los orgullosos, mientras que el hermano se pirra por la sangre de las mujeres estresadas. Una vez que las muerde, se vuelven seguras y seductoras. Entonces pierde interés por ellas. Poco a poco, Karin descubre cuál es el plasma que más le atrae.
Hasta donde llega la edición española, la historia sigue haciéndonos reír, que al fin y al cabo es la razón de ser de este manga. El puntito de misterio lo pone la pequeña Anju y el riesgo proviene de Ren, el hermano. Hay, pues, suficientes ingredientes para que sigamos atentos cada mes a la salida de un nuevo tomo. Mientras no caiga en la repetición, se nos hará corto el camino hasta completar los 14 que dura la serie.
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