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V. Kingdom Come

21st Century Boys, Naoki Urasawa sigue sin acabar bien sus historias

21st Century BoysQue no se engañe nadie, 21st Century Boys no es del todo un mal manga. No tendréis ganas de tirarlo por la ventana tras terminar de leer sus dos tomos. Pero he de reconocer que 20th Century Boys se merecía una conclusión mejor que esta.

La historia más o menos se vuelve a repetir. En su anterior manga, Monster, Naoki Urasawa dio un ejemplo de cómo no hay que terminar una historia que ha sido tratada con un mimo exquisito, quizás algo estirada, pero que en todo momento hace gala de una coherencia aceptable. En aquella ocasión Urasawa finalizó la historia de una manera demasiado brusca, dejando a todo el mundo con las manos vacías y hambrientas de nuevas páginas que justificaran más claramente las acciones de aquel joven psicópata y dando un giro bastante inverosímil a la historia.

En 20th Century Boys la trama también se fue estirando poco a poco, marca de la casa Urasawa, pero de una manera más cuidada que en Monster. Al contrario que en esta última, la trama no se alejaba de los personajes principales para volver a ellos pasadas numerosas páginas, ventajas de ser un manga coral.

El tener una historia tan elaborada y extensa, requiere dar un punto y final acorde a la duración a la misma, como si fuera un frenado suave y no un parón en seco. Quizás Urasawa se dio cuenta de aquello y en el caso de 21st Century Boys quería enmendar el error producido con Monster. Pero creo que en esta ocasión se ha pasado.

Es cierto que 21st Century Boys en parte es el final que se merece 20th Century Boys, atando de mejor o peor manera todos los cabos nacidos durante la historia, pero por otra parte, como subtrama de la misma, me parece que es una manera un tanto burda de querer alargar el final, lo cual pone de los nervios a todo aquel que sólo busca encontrar el desenlace de todo el tinglado montado por Urasawa.

Kenji de 21st Century Boys

Llegando a las proximidades del ocaso de 20th Century Boys, muchos sólo teníamos en mente una obsesión, descubrir la identidad de Amigo, y no me desencamino mucho si digo que era el principal aliciente por el que algunos seguían leyendo el manga con gran interés. ¡Vaya!, esto me recuerda a Perdidos.

No diré de que manera se aclara (si es que lo hace) esta gran incógnita en 21st Century Boys, pero personalmente las formas me parecen un tanto burdas en inverosímiles, haciendo acopio de elementos demasiado fantasiosos en comparación con el resto de la tónica del manga, el cual gozaba de un equilibrio casi perfecto entre la cotidianeidad y la ciencia-ficción más básica.

21st Century Boys como trama individual deja bastante que desear y lo único consigue salvarla es el recuerdo de los 22 tomos previos de 20th Century Boys. Este manga merecía un final más claro, con la mitad de duración y que estuviera más en consonancia con lo contado hasta el momento. Urasawa aún no parece haber encontrado una medida justa a la hora de rematar sus historias, lo cual es una pena, sabiendo lo buen guionista que es. Veremos si su próxima obra, Pluto, llega pronto a nuestro país y consigue ser completamente redonda.

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