Puede que sólo haya pasado un mes desde que los muertos comenzaran a regresar, pero ha parecido un siglo. Al principio, no nos afectó mucho. Nos las arreglamos para controlar la epidemia. Incluso encontramos un antídoto. Pero no fue suficiente. Y cada vez hay más muertos. Nuestra ciudad se había desangrado. Los saqueadores ya habían hecho su trabajo. Recopilamos todo lo que podía ser utilizado como un arma. Pusimos un vigía con unos prismáticos en el depósito de agua, y nos sentamos a esperar, listos para la batalla.
Pero nunca podríamos haber imaginado esto… Una noche llegaron los primeros zombis… había tantos que ni siquiera podíamos contarlos. El Marshal vio la gran horda que se nos echaba encima, y de inmediato pidió ayuda por radio. Pero los helicópteros de rescate no iban a llegar hasta 4 horas más tarde. Íbamos a tener que aguantar… En ese momento, se desató el pánico : la ambulancia y el camión de suministros chocaron entre sí, mientras nosotros nos peleábamos por las últimas armas que quedaban en la ciudad, en lugar de compartir los antídotos.
Ahora, estamos todos atrincherados y ¡muertos de miedo ! Cuando miro a mis compañeros, las miradas de soslayo que se echan los unos a los otros, la forma en la que nos aferramos a nuestras armas, me pregunto si el mayor peligro no se encuentra ya entre nosotros…
City of Horror es un survival horror lleno de puñaladas traperas que se inspira en los clásicos clichés del género de zombis para ponernos en la piel de un grupo de supervivientes que trata de resistir oleadas de muertos vivientes mientras esperan a que llegue ayuda. Pero que la corriente más arcade de otros títulos como Zombicide no os lleve a engaño: en este juego solo hay una forma de sobrevivir y no es matando zombis, sino dándoles algo de comer para que se entretengan. Y sí, por supuesto, cuando digo «algo de comer» me refiero a alguno de los personajes del resto de jugadores.
Con esta dieta tan rica en viejos amigos, menos mal que cada jugador controla a varios de ellos, cada uno con sus propias habilidades, que debemos mover entre varias localizaciones con la intención de huir de las situaciones de mayor riesgo, conseguir alguna de las escasas armas disponibles o colocarnos a nosotros mismos en una situación de mayoría en la que, si surge una votación sobre quien debe sacrificarse «por el equipo», no terminemos convertidos en el plato del día.
La mecánica fundamental de City of Horror es básicamente idéntica a la de otro juego de Nicolas Normandon, el agotadísimo Mall of Horror, aunque introduce cambios suficientes como para ir más allá de la mera reedición: un tablero (ligeramente) modular (sobreproducido y sobredimensionado) para dar algo de variedad a cada partida, veinte personajes bien diferenciados frente a los cuatro originales, la necesidad de conseguir antídotos para salvarnos en última instancia, la agobiante escasez de cartas de acción conforme avanza la partida o un detalle tan pequeño como importante como que las votaciones sean públicas, señalando con nuestro dedo, lo que propicia el nacimiento de rencillas que no tardan en consumarse con venganzas.
Lo que no ha cambiado en absoluto respecto a Mall of Horror es que, al margen de las tétricas y sangrientas ilustraciones de Miguel Coimbra, estamos ante un juego de mesa donde lo que prima es el humor, un humor con muy mala leche que puede poner a prueba alguna amistad y relación de pareja, pero con situaciones muy graciosas que, si se dan las circunstancias adecuadas con el grupo adecuado, puede hacerte pasar una sesión de juego realmente divertida.
Como ya he dicho, City of Horror no va de matar zombis, sino que todo gira alrededor de las votaciones para decidir quien muere y quien vive, y cómo se reparten los escasos recursos que pueden aparecer. Pero no solo necesitarás dotes de negociación; tampoco te vendrá mal la habilidad de deducir dónde tratarán de moverse el resto de jugadores para decidir tu propio movimiento. Esto es especialmente importante dado que cada localización tiene un número limitado de plazas y llegar tarde significa encontrarte con las puertas cerradas y terminar en el cruce de la ciudad rodeado de no muertos.
Dependiendo del número de jugadores podemos llegar a controlar hasta cinco personajes al mismo tiempo, cada uno de los cuales nos otorgará una puntuación al final de la partida si sigue con vida y tiene antídoto. Durante una ronda, los jugadores escogen en secreto una de sus cartas de movimiento y las revelarán al mismo tiempo. Algunos pocos privilegiados, los que cuenten con personajes sobre el depósito de agua (una posición elevada), conocerán de forma anticipada cuántos zombis llegarán, a dónde, y si los que ya hay presentes se moverán a otro sitio. La información es poder, y compartirla es decisión de ellos.
A continuación, uno a uno irán decidiendo cuál de sus personajes realiza el movimiento indicado (moverse a la iglesia, el hospital, el banco, la armería, el depósito de agua o el cruce) intentando cubrir todos los flancos: mantener la mayoría en aquellos lugares donde creas que se van a producir ataques o haya cartas y/o antídotos a repartir, huir de sitios donde la muerte te aceche, no terminar en el cruce con un personaje valioso si tienes papeletas de que te ataquen a ti en lugar de a otro, etc…
Y por último, se resuelve el escenario, primero activando a los personajes para que hagan la acción de la ubicación en la que se encuentran (como coger antídotos en el hospital o víveres en el cruce); y luego a los zombis, comprobando si se cumplen sus condiciones de ataque (como si hay más zombis que personajes en una ubicación). De ser así, empieza la fiesta, y a menos que algún jugador pueda y esté dispuesto a utilizar una de sus preciosas y escasas cartas de acción para reducir el número de zombis por debajo de la cifra mortal no quedará otra que hacer la votación.
Cualquier cosa sirve en la negociación, desde utilizar las latas de víveres (puntos de victoria) como moneda de cambio a comprometernos a ayudar a alguien en otra ubicación. Y si se produce un empate, tranquilos, el jugador inicial puede intervenir en la discusión para decidir en última instancia aunque, de nuevo, nada asegura que su voto vaya a ser desinteresado.
Después de cuatro rondas, el helicóptero de rescate llega, cada jugador descarta un antídoto por cada uno de sus personajes con vida al que pueda salvar dejando morir a los demás, suma sus puntos, latas de conservas, antídotos adicionales y esta película llegó a su fin.
Reglas básicas en caso de invasión zombi
1: Tener amigos, pero nunca confiar en alguien que dice ser “tu amigo”.
2: Presiona siempre para que se comparta todo, ¡pero elige siempre primero!
3: En caso de ataque zombi, ten una escopeta a mano.
4: En caso de ataque de una horda zombi, corre más rápido que tus amigos.
¿Conclusión? Pues depende. Si en vuestro grupo estáis acostumbrados a juegos como Los Hombres Lobo de Castronegro o The Resistance, este City of Horror seguro que os va a gustar. Ahora, si sois más de Scattergories, quizás deberíais manteneros alejados. Este juego va simple y llanamente de putear, de señalar con el dedo sin que nos tiemble el pulso y solo tender una mano cuando obtengamos algo a cambio.
Pero aquí hay mucho más juego que en los mencionados Hombres Lobo. Las cartas de acción, aunque escasas, pueden dar un giro repentino a los acontecimientos en más de una ocasión, poniendo (literalmente) una pistola en la cabeza de alguien para que vote lo que nosotros queramos o enviando a un lindo gatito para que conduzca a los zombis a otro lugar. Los personajes tampoco tienen desperdicio, y algunos de ellos (generalmente los que más puntos dan), cuentan con desventajas como la de atraer a zombis por culpa de sus estúpidos gritos (la rubia), no poder moverse (la abuela, ya me diréis como llegó al depósito de agua en la foto de arriba) o no poder votar (el abuelo). Todo ello da mucha variedad a un juego que por su propia naturaleza ya tiene bastante rejugabilidad.
Así que qué queréis que os diga. A mi me encanta, aunque quizás sea porque no todos los días tengo la oportunidad de empujar a un amigo a ser devorado hasta los huesos por un puñado de harapientos muertos vivientes. ¿Seré yo?
City of Horror (2012)
- Autor: Nicolas Normandon
- Editorial: Asmodee
- Edad: 14+
- Duración: 90 minutos
- Jugadores: 3-6
- Precio: 45 euros
- Reglas en castellano (PDF)
- Muy divertido con el grupo de amigos correcto.
- Plagado de los estereotipos de las películas de zombis y con una ambientación muy bien entretejida con el juego que nos ayuda a meternos en el papel casi sin quererlo.
- Componentes abundantes y bien producidos pese a consistir básicamente en una tonelada de cartón.
- Sencillo de explicar y no demasiado largo una vez se controlan las reglas más importantes.
Lo bueno
- Es muy fácil que se den situaciones de kingmaker que revienten el juego. Hace falta un grupo con mala leche.
- Acostumbrado a las miniaturas de Mall of Horror es difícil volver a los cartones troquelados con peanas.
- Hablando de peanas; que identifiquen por colores a los jugadores obliga a ponerlas y quitarlas en cada partida, dañando inevitablemente el cartón.
- El juego está claramente sobreproducido, podría ocupar la mitad y por supuesto, costar también mucho menos.
Lo malo
Sitio oficial City of Horror
Muy de acuerdo con la crítica, tanto en lo positivo como en lo negativo. Aunque lo negativo se acentúa si has jugado al maravilloso Mall of horror, ya que aunque este es su hermano pequeño (o mayor si tenemos en cuenta la superproducción), han metido muchos cambios que para mi gusto le quitan puñaladas traperas a cambio de variedad y menor duración.
En mi asociación tenemos el Mall of Horror gastadísimo de tanto jugar, y en cambio este City… Sale en contadas ocasiones.
Aún así una evolución en juegos si vienes de Hombres Lobo de Castronegro (MEH!), La Resistencia (algo mejor) u otros juegos parecidos de puteo ligerito.
Kyol, entonces esta nueva versión pierde respecto al Mall? Veo cosas como vacunas para poder salvarse al final de la partida que no me gustan a priori. Cambia mucho la dinámica?
En octubre no voy a tener mucho tiempo pa jugar en Córdoba, aunque me gustaría catar este. Me estoy quedando desfasado me temo :/
La idea básica está, y la mecánica es casi la misma, pero tiene suficientes cambios como para que, a mi gusto, se quede más flojo. A cambio tienes más personajes con más habilidades, las partidas son de una duración fija y más cartas y posibilidad de explosiones. De todas maneras este juego pierde si lo comparas con el Mall of horror, por si solo es un muy buen juego de puteo
Joño Miguel, de nuevo coincidimos 😉
Por si interesa la info, llegué aquí a través de un enlace del FB.
Nosotros últimamente le estamos sacando mucho partido a los juegos de mesa, proporcionan horas de entretenimiento sin tener que prepararlo antes. Y ahora en verano, entre vacaciones, jornadas y en mi caso mucho trabajo, no se saca ni tiempo ni gente para organizar una partida.
Reconozco que me gustan los juegos de puteo, lo que pasa es que si es así de directo, hay que sufrir sus consecuencias jejejejejeje.