‘Cita con Rama’, primer contacto

Cada vez que se oyen rumores de adaptación al cine de este clásico de la ciencia ficción publicado en 1972, me asaltan sentimientos encontrados: por un lado, ver en pantalla grande algunos de los escenarios descritos por Arthur C. Clarke es una oportunidad única que puede dar mucho juego. Por otro, adaptar un relato como este, con un desarrollo tan alejado de lo que solemos ver en la pantalla grande, se antoja muy complicado y se corre el riesgo de perder lo que lo hace único, convirtiéndose con facilidad en una pelicula de acción al uso. Y es que, aunque a primera vista el argumento del libro pueda parecer típico, no lo es la forma en que se aborda el tema.

En el año 2130, después de sufrir el impacto de un meteorito, la Tierra dispone de un sistema de detección temprano de objetos que pudieran suponer un riesgo para el planeta. Es a través del mismo como se descubre lo que en principio se piensa un asteroide, bautizado con el nombre del dios hindú Rama, tras haber agotado otros panteones en la continua exploración del espacio. Sin embargo, según se aproxima a las órbitas interiores del sistema solar, se observa que lejos de ser natural, se trata de un objeto perfectamente cilíndrico de cincuenta kilómetros de largo por dieciséis de diámetro. La humanidad se prepara entonces para su primer contacto con una civilización extraterrestre…

No son pocos los libros que tratan temas similares, desde aquellos centrados en cruentas invasiones a otros en los que los recién llegados deciden tomar bajo su manto protector a nuestra especie. Clarke aborda este descubrimiento de vida extraterrestre de forma similar a como lo hacen los hermanos Strugatsky en su obra más conocida, ‘Picnic junto al camino’, o Lem en ‘Solaris’ o ‘El Invencible’: describiendo lo extraño que seguramente sería. Fiel a su estilo, Clarke da una visión mucho más ‘optimista’ del mismo que los citados, centrándose en la emoción del descubrimiento y en el uso de los conocimientos científicos para acercarse a lo desconocido.

Quizás otra comparación evidente debe hacerse con la coetánea ‘Mundo Anillo’, de Larry Niven. El tema de ambas, la exploración de una gran nave extraterrestre con una forma geométrica característica y de origen más o menos desconocido es muy similar, y ambas son muy cercanas en el tiempo. Lo que hace diferente a la obra de Clarke es que el carácter casi totalmente descriptivo del relato, narrando poco más que lo que encuentran los enviados a explorar el artefacto, logra transmitir de forma totalmente convincente las sensaciones que podrían producirse en un descubrimiento de esta índole. Frente al tono más desenfadado del relato de Niven, con una humanidad que ya está acostumbrada a viajar por el espacio, el hecho de plantear un escenario más cercano a la realidad juega a favor de ese sentido de la maravilla que Clarke consigue transmitirnos.

Y es que la nave espacial Rama es la protagonista absoluta de la historia. Aunque se introducen pequeñas aventuras a lo largo del libro, además de un giro final en un intento de dar una cierta urgencia a la resolución, los humanos no pasan de ser meros estereotipos con poco o ningún desarrollo, casi intercambiables entre sí, cuya verdadera misión es comunicarnos todo aquello que ven en su viaje y lo que constituye el verdadero interés la obra: la investigación del funcionamiento del objeto alienígena y las razones de su configuración espacial. De una forma quizás un tanto anticuada y didáctica, Clarke nos va narrando las deducciones, acertadas o no, que los protagonistas, tanto desde la propia Rama como desde la Luna, van haciendo sobre la nave desconocida, y son estas sin duda las que llevan adelante una historia que se lee en un suspiro.

Verdadero clásico del género, nunca es tarde para acercarse por primera vez a la lectura del mismo o para releerlo y comprobar que sigue funcionando tan bien como el primer día. Eso sí, abstenerse de la tentación de continuar con las secuelas escritas por Gentry Lee: ‘Cita con Rama’ funciona perfectamente como novela autoconclusiva (tal como fue concebida). Si a pesar de todo nos interesa saber lo que en ellas se narra, mejor limitarnos a leer algún resumen en la wikipedia o similar, ahorrándonos las miles de páginas de relleno que las conforman.