2013-2023. 10 AÑOS FANCUEVANDO
IV. Nausicaä del Valle del Viento

Kickstarter para principiantes (I): primeros pasos

De alta desde noviembre de 2013. 137 proyectos patrocinados en seis categorías diferentes: 120 juegos, 2 publicaciones —libros—, 3 proyectos de tecnología, 6 cómics, 6 de diseño y uno de cine y vídeo. Algo menos de 8.000€ invertidos en todos ellos.

Esas cifras son, hasta la fecha, mi saldo para con Kickstarter. Unas cifras que podrían haber variado ostensiblemente a la baja si, desde el momento en que me introduje por primera vez en el vasto cosmos que es la página de crowdfunding, hubiera tenido siquiera la mitad de la experiencia y los conocimientos sobre cómo funcionan las cosas en el portal de mecenazgo que tengo ahora. ¿Pero, de qué sirve saber navegar con mucha más cautela por los azarosos mares de las campañas de KS si ese conocimiento empieza y acaba en uno mismo? Ya respondo yo, de poco.

Es por ello, y con el ánimo de hacer de que aquellos que nunca os habéis adentrado en los recovecos de la plataforma tengáis cierta información de qué os podéis encontrar en un momento dado, que esta semana os ofreceremos una guía lo más exhaustiva posible acerca de Kickstarter para que no vayáis dando palos de ciego ni caigáis en los mismos errores en los que servidor ha ido incurriendo a lo largo del lustro que en unos meses se cumplirá desde que decidiera «dejarme los cuartos» en aquella lejana primera campaña del ‘Rum & Bones’ de Cool Mini or Not.

Como quiera que mi experiencia se basa sobre todo en juegos de mesa, lo que vais a encontrar aquí son incontables referencias a las mil y una idiosincrasias que rodean a dichos proyectos; idiosincrasias que en la mayoría de los casos son trasladables a otras categorías de las que ofrece Kickstarter pero que, en otros, se circunscriben de manera estricta al ámbito lúdico y, por supuesto, al punto de vista del usuario, no del creador. Un punto éste que quizás podamos tratar en un futuro de manera íntima. ¿Comenzamos?

1. ¿Qué es Kickstarter?

He de suponer que, si estáis leyendo esto, alguna idea tendréis acerca de lo que Kickstarter ofrece. Pero, si no es así, valgan estas breves líneas introductorias para introduciros a la compañía estadounidense.

Kickstarter es una empresa dedicada a dar viabilidad a proyectos de toda índole mediante el sistema de micromecenazgo. Esa es la definición escueta. Abundemos en ella. El micromecenazgo es una fórmula por la cual ideas a las que un individuo —o una pequeña empresa— tendría muy complicado dar salida por los canales comerciales habituales, termina llevándose a cabo mediante las aportaciones de muchos mecenas —tan pocos como alguna que otra decena, tantos como los más de 78.000 que en 2015 consiguieron que el Pebble, un smartwatch, se colocara con sus 20 millones de dólares de recaudación, como el proyecto más rentable de Kickstarter hasta la fecha—.

Con el espíritu de servir de trampolín a los miles de proyectos e ideas que no tenía por qué quedarse en el tintero de lo inviable, un grupo de tres empresarios lanzó Kickstarter un mes de abril de 2008, convirtiéndose en muy poco tiempo en el receptáculo de grandes halagos y en la referencia indiscutible del mundo del crowdfounding. Un mundo que hoy pueblan bastantes más plataformas —Indiegogo, Ulule, Verkami o Lanzanos— cada una con sus propias idiosincrasias en cuanto a cómo se recaudan los beneficios de los proyectos pero, sin duda, a la sombra del gigante que es una compañía que ha generado tres mil millones de dólares de beneficios a través de casi 15 millones de mecenas en la década que lleva funcionando.

No exenta de polémicas que casi siempre han sido debidas a proyectos concretos y no a la propia página, una de las mayores diferencias de KS con otras plataformas —por ejemplo con Indiegogo— es la forma en que se recauda el dinero de los proyectos: éstos, desde el día cero de su lanzamiento, marcan un umbral a partir del cual se considera que están «fundados»; dicho de otra forma, si en el plazo de tiempo que dura la campaña no se alcanza ese umbral, el creador no recibe ni un céntimo de los mecenas que hayan decidido apoyar su idea, algo que sirve para garantizar —al menos sobre el papel, la realidad puede llegar a ser otra— que lo que recibimos es un producto final acorde con lo que se indicaba en la campaña.

2. Primeros pasos

Al ser un portal de compra —por mucho que ellos hayan luchado hasta la saciedad por no definirse así, es innegable que Kickstarter es, en esencia, una tienda; de futuros, vale, pero una tienda a fin de cuentas— lo primero que hay que hacer si uno ya está decidido a apoyar un proyecto en concreto, es darse de alta como usuario en la página, algo tan sencillo —lo podéis ver en la imagen superior— como introducir un nombre, una dirección de correo electrónico válida y una contraseña o, si contáis con perfil de Facebook, permitir a KS que acceda a vuestros datos a través de la red social.

Toda vez dados de alta, lo siguiente es acceder a vuestro perfil y configurarlo a vuestro gusto —imagen inferior—: en la pestaña inicial podréis cambiar de cuenta de correo, de contraseña, habilitar las funciones sociales o, llegado el caso, eliminar vuestra cuenta de Kickstarter —algo que estaría muy bien que Facebook hubiera implementado desde el primer minuto—. Más allá de ésto, podréis editar vuestro perfil añadiendo alguna imagen como avatar, una biografía, ubicación, zona horaria y una URL asociada; decidir qué notificaciones queréis recibir por parte de KS; cuál o cuáles serán los métodos de pago que utilizaréis —tarjetas de débito o crédito, KS no acepta pago a través de Paypal— e, incluso, a qué creadores o amigos de Facebook queréis seguir la pista en la página.

Muy resumido por cuanto, como os digo, todo lo que se hace aquí está muy estandarizado y es similar al alta en cualquier página de compra de las miles que pueblan la red de redes, si necesitáis más ayuda con la misma o con alguno de los conceptos que comporta el alta y la configuración del perfil, podéis acudir a este enlace, que proporciona información bastante exhaustiva acerca de todas las dudas frecuentes que suelen rodear a los primeros pasos en la plataforma.

3. Ya me he dado de alta, ¿por dónde diantres empiezo?

Un primer acercamiento a Kickstarter, si no se tiene muy claro por dónde empezar, puede resultar abrumador por la ingente cantidad de proyectos que la página ofrece. Mi recomendación es que, si sabéis con certeza la categoría de proyecto que queréis buscar —aunque KS lo pone muy fácil con sus 15 opciones posibles, opciones que van desde Arte a Teatro pasando por cómics, comida, cine, música o tecnología, por citar sólo algunas— os dejéis seducir por alguna de las muchas ideas a las que podéis acceder desde la página principal. Además, conforme vayáis patrocinando proyectos, podréis siempre optar por pinchar en lo que Kickstarter os recomienda basado en vuestro historial de mecenazgo.

Ahora bien, si sí sabéis a lo que vais, la opción evidente es pinchar en la categoría correspondiente y ordenar los resultados que os aparecen, por alguna de las seis categorías de que dispone la página: azar, popularidad, fecha de publicación —cuando llevéis cierto tiempo, esta será la única que usaréis—, fecha de terminación —también muy útil para saber qué proyectos que se os puedan haber pasado están próximos a finalizar su campaña—, monto de contribución —aquí se incluyen todos los proyectos de la categoría, tanto los activos como los finalizados— y número de patrocinadores.

Con toda la información anterior ya estáis en disposición de adentraros en las complejidades —que tampoco son tan complejas, es una forma de hablar— de qué supone ser mecenas de un proyecto de KS. Pero dichos vericuetos los dejamos para pasado mañana, día en el que os ofreceremos la segunda entrega de tres, de esta Guía de Kickstarter para Principiantes.

Artículos destacados

2 comentarios en «Kickstarter para principiantes (I): primeros pasos»

    • …ni 25…ni Aniversario ya que estamos ¿no? XD

      Yo caí, como muchísimos, atraído por recuperar esa importante parte de mi infancia que fue el ‘HeroQuest’ y porque, seamos francos, el proyecto tenía una pintaza bestial.

      Afortunadamente para mí, pude vender mi pledge cuando, al cabo de año y medio, ya se veía claro que algo olía a podrido en el reino de Gamezone. Lo siento por el que me lo compró, la verdad, pero a la vista está que hice muy bien en salirme del Titanic antes de que se hundiera sin remisión.

Deja un comentario

Si continúas usando este sitio, aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar