Obsesionados por exprimir al máximo las posibilidades de hasta el último resquicio de su universo, y a sabiendas de que siempre que dichas posibilidades atiendan a uno de sus dos iconos las ventas están más o menos garantizadas, DC se sacaba de la manga a finales de 2014 y con un mes de diferencia dos nuevas propuestas que, arropadas bajo la capa del caballero oscuro, estaban destinadas a sendos tipos de lectores bien diferentes. De una parte encontrábamos los doce números que conformaron la maxiserie ‘Gotham by Midnight’, una genialidad de marcado talante oscuro y decidido foco adulto guionizada por Ray Fawkes y dibujada por Ben Templesmith y Juan Ferreyra de la que hablaremos en breve con mayor profundidad. De la otra, la serie que hoy nos ocupa, orientada a un público bastante más joven que la anterior y que nos invitaba a adentrarnos en las aulas, pasillos, habitaciones y otras estancias menos recomendables de la prestigiosa Academia Gotham.
Al frente de ella, la prolífica Becky Cloonan —que de un tiempo a esta parte no para—, Brenden Fletcher —del que hablábamos no hace mucho a colación de su co-autoría en los guiones de la también espléndida ‘Batgirl’— y el que sin duda es el mayor reclamo inicial de la serie: Karl Kerschl. El artista, al que servidor conoció ocupándose de las maravillosas páginas de Flash en ese brillante experimento que fue ‘Wednesday comics’, y al que desde entonces sigue de forma impenitente todos los miércoles en su soberbia ‘The Abominable Charles Christopher’, se luce aquí con un estilo de marcado tono animado que lo acerca en muchos sentidos al trazo que Babs Tarr desarrollaba en la citada ‘Batgirl’, fusionado al igual que ella claras influencias orientales con los esquemas propios del tebeo estadounidense de superhéroes.
En lo que a la historia respecta, la mejor cualidad del trabajo de Cloonan y Fletcher reposa sobre la frescura con la que se aproximan a sus personajes adolescentes, aportándoles una inusitada tridimensionalidad que provoca de forma irremisible la inmediata empatía con ellos y el que los sintamos cercanos por muy ajenos que puedan ser sus problemas o las fantásticas y sobrenaturales aventuras que vivirán en unas páginas que se consumen con avidez y que cumplen esa indispensable función de los cómics de dejar con ganas de más. Lástima que en ese «más» el recorrido de la serie haya sufrido tantos altibajos gráficos como los que veremos a partir del siguiente volumen, algo inevitable en el normal discurrir de las cabeceras de cualquiera de las dos majors que, inexistente en Image, debería hacer pensar a los dirigentes de DC y Marvel cuán recomendable sería no sacar un título un mes en concreto —o dos o tres al año— y así dar tiempo a que un único artista pudiera encargarse de una colección y ésta no terminara siendo el habitual baile gráfico al que están sometidos, casi sin excepción, todos los productos de las dos editoriales más importantes de Estados Unidos.
Otra reseña en Fancueva | ‘Academia Gotham: Bienvenidos a la academia’, cuando Harry encontró a Scooby
Academia Gotham. Bienvenidos a la academia
- Autores: Becky Cloonan, Brenden Fletcher y Karl Kerschl
- Editorial: ECC
- Encuadernación: Rústica
- Páginas: 160 páginas
- Precio: 14,21 euros en