‘Voces que cuentan’, empoderadas

18 nombres femeninos, entre los que se cuentan muchos muy conocidos en el mundo de la cultura patria, son aquellos por los que Planeta Cómic ha apostado para levantar este proyecto crisol de talentos que es ‘Voces que cuentan‘. Un proyecto que, desde su misma concepción, ya se caracteriza como kaleidoscópico y ecléctico y que, a lo largo de casi 150 páginas de historietas de lo más variadas y variopintas, nos acerca a la multi-facetada realidad de la mujer de hoy, esa que ya ha vencido mil batallas por la igualdad y el respeto y a la que, lamentablemente, porque vivimos en una sociedad que no perdona y que sigue siendo, mayoritaria y asquerosamente machista, todavía le quedan muchas lizas que salvar y muchos frentes en los que combatir. Pero todos esos futuros frentes, abordados con ingenio, con verbo y con la madurez que aquí demuestran los nombres seleccionados por la editorial, serán sin duda derribados sin remisión, porque sí, porque ya es hora de que este puñetero país —este jodido mundo— se dé cuenta de que NO HAY DIFERENCIAS entre un sexo y otro, sólo las que nuestra pervertida evolución social ha intentando imponer a uno y otro sin considerar en ningún momento que, más allá de evidencias físicas, mujeres y hombres, hombres y mujeres, SOMOS IGUALES.

Pugnando por valorar y hacer valer esa igualdad e incluso por dar pasos que vayan más allá y que enmarquen cualidades que, joder, no tienen porque ser necesariamente compartidas, las autoras —escritoras y artistas— que nutren con su talento ‘Voces que cuentan’ miran, ya a sus propias existencias, caso de Julia Otero, Diana López Varela, Sandra Sabatés o Patricia Campos, para aportar lecciones de esas que uno ya tendría que tener más que asumidas —sobre todo si pertenece al género masculino y aún piensa en términos de «diferenciar»—; o se engarzan en discursos que, desde la poesía, la fantasía, la ensoñación o la reflexión directa o metafórica, enarbolen mensajes claros, que poder acercar a jóvenes y adultas y que, sin ningún tipo de ambages o circunloquios, dejen evidenciado el hálito de empoderamiento que se insufla de principio a fin a estas páginas.

Variadas tanto en contenido como en continente —tanto nombre da, como podréis imaginar, para un conjunto gráfico de lo más singular—, las historias de ‘Voces que cuentan’ pasan como un suspiro ante la atenta mirada del lector, y su extrema variedad, en uno y otro sentido, sirve a un último propósito que va, incluso, un paso más allá del mero mensaje de «empoderar» a un sexo concreto: si un propósito unívoco puede extraerse de la lectura de tan dispar conjunto ese es el de alterar esquemas mentales anclados en un pasado que, por su propia definición, YA debería quedar atrás, y mover a la reflexión, a una reflexión honda que abrace sin prejuicios del tipo que sean el más que necesario y profundo cambio que necesita nuestra sociedad, a nivel local, estatal y mundial. Que dicho cambio haya sido capaz de tomar las formas que le dan estas letras y dibujos no es más que un signo de la extensión que el noveno arte ha adquirido en los últimos lustros. Que estas páginas tengan su repercusión y ayuden, aunque sea de manera limitada, a difundir los valores que en ella se recogen, es algo que sólo el tiempo dirá.