‘¡Viva la anarquía! vol.2’, aún más fascinante

Revisada cuando el año tocaba a su fin, el primer volumen de ‘¡Viva la anarquía!‘ suponía una sorpresa considerable que se saldaba con sentencias como:

(…) hay todavía algo más que aplaudir de ‘¡Viva la anarquía’!, su tremenda componenda de actualidad y lo mucho que el lector que se aproxime a ella va a hallar en cuanto a potencial para la reflexión.

Quedaba claro bajo esa magnífica primera impresión que nos dejaba el trabajo de Bruno Loth que las ganas de poder hincarle el diente a la continuación de esta recreación de la reunión que mantuvieron Néstor Majnó y Buenaventura Durruti en julio de 1927 eran considerables y lo cierto es que toda expectativa que pudiéramos tener con respecto a lo que poder encontrarnos aquí se ha visto completamente obliterada por un volumen que ve la apuesta del primero y le lanza un órdago de entidad aplastante.

Una de las cualidades que brillaba con más intensidad en el arranque de este soberbio fresco histórico era, precisamente, la capacidad de Loth para trasladarnos, no sólo a una época concreta por mor de caracterizaciones, localizaciones y el vestir de sus personajes, sino por ser capaz de zambullirse en el zeitgeist de casi 100 años en el pasado y recuperarlo intacto. Dicha capacidad, que ya asombraba en las páginas del primer álbum, nos deja aquí atónitos de principio a fin, y se antojan vastísimas las fuentes que Loth ha tenido que consultar, estructurar y filtrar para que el discurso que aquí se enhebra funcione como un reloj de precisión, fluido y sin un gozne que chirríe ni lo más mínimo.

Considerando todo lo que aquí entra en juego en el desarrollo de la historia, los extremos por los que se mueve —podemos asistir desde recreaciones de matanzas en las estepas rusas, a los primeros apuntes de sindicalismo en tierras cubanas pasando por conversaciones entre Majnó y Kropotkin….y mucho más— y la veracidad que arropa a todo el conjunto, bien cabría pensar que estamos ante la obra cumbre de Loth tras cuatro títulos previos que, moviéndose siempre en la misma órbita temporal, se antojan ahora meros ensayos de esta compleja y multifacetada narración. Una narración que informa, educa, apasiona, intriga, atrapa y deja muy claro que este insigne autor forma ya parte de los favoritos del que esto firma.