‘Valentina Volumen 4’, empieza a hacer calor en el País de lo Sueños

La verdad es que pocos dábamos un duro por ver publicado este nuevo volumen de uno de los iconos del comic erótico de todos los tiempos. La última entrega nos llegó de la mano de Norma Editorial hace ya algún tiempo, el suficiente como para pensar que la colección había sido desterrada al limbo de los tebeos olvidados e inconclusos. Pero claro, estamos hablando de Norma, que siempre suele satisfacer a sus lectores y, un producto tan goloso como este, suele mimarlo a base de bien.

Se ha hecho esperar pero podemos respirar tranquilos ya que desde el pasado agosto podemos disfrutar con este ‘Valentina Volumen 4’, el cuarto integral dedicado a recoger la monumental obra del italiano Guido Crepax, un clásico dentro de la temática picarona y algo subida de tono. Algo que chocó en su época ya que las heroínas a las que estábamos acostumbrados no se parecían en nada a esta nueva moza, el comic estaba considerado como un entretenimiento más bien infantil y Valentina, no solo por algunas viñetas, estaba dirigido a un público adulto y con ciertas inquietudes culturales.

Cabe reseñar, como curiosidad, que en las primeras aventuras, la intrépida fotógrafa Valentina hacía las veces de personaje secundario pero poco a poco se fue haciendo con el protagonismo absoluto de la serie, más por la evolución que Crepax imprimió a los guiones que por otra cosa. Casi sin darnos cuenta, se convertía en el verdadero motor de la historia, el leitmotiv de unos relatos que fueron virando hacia el terreno onírico salpicado de constantes referencias sexuales y eróticas, nada gratuitas, que hacían ejercitar la conciencia de más de uno.

Cuando en Estados Unidos se anuncia una nueva edición de este clásico de la mano de Fantagraphics, Norma sigue a lo suyo, combinando en su catálogo obras de todo tipo y, parece, que dejando pocas cuentas pendientes. Esta cuarta entrega rescata algunas historias firmadas entre 1974 y 1976, guiones cargados de sensualidad y buen hacer donde nuestra reportera favorita, esa que parece no estar muy familiarizada con moralismos ni hipocresías. Ahora toca disfrutar pero esperemos que la editorial de Barcelona se dé algo más de vida a la hora de sacar la siguiente entrega. Si no es mucho pedir, claro.
[Grade — 9.00]