‘¡Universo!’, de Albert Monteys: la imaginación al poder

Albert Monteys acaba de estrenar una nueva serie de ciencia-ficción titulada ‘¡Universo!’ que ve la luz a través de Panel Syndicate, la misma plataforma digital en la que Marcos Martín y Brian K. Vaughan publican su indispensable ‘The Private Eye’. Monteys, al que conocemos principalmente por sus chistes y viñetas de actualidad (hasta hace unos meses en El Jueves y, tras su marcha, en la nueva publicación digital Orgullo y Satisfacción), siempre ha mostrado cierta querencia por el género de las naves espaciales y los viajes intergalácticos, como ya demostró hace casi dos décadas con ‘Calavera Lunar’, pero es ahora con este ‘¡Universo!’ donde desata un potencial gráfico e imaginativo que, al menos a mí, me ha dejado boquiabierto.

Tal y como nos explica el propio Monteys al final del primer número de ‘¡Universo!’, se trata de una colección de historias cortas y autoconclusivas de ciencia-ficción que estarán protagonizadas por diversos personajes y situaciones, y que guardarán cierta relación entre sí, de forma más o menos directa o tangencial. El relato con el que ha decidido arrancar la serie se titula «¡El pasado es ahora!» y nos presenta a un personaje llamado Tommy Marriot que trabaja para una poderosa empresa llamada Industrias Wortham. El encargo que recibe no es moco de pavo: viajar atrás en el tiempo, hasta los instantes previos a la creación del universo, con la misión de transformar el planeta y todo lo que en él habita para dejar en sus partículas más esenciales la huella de su jefe, el magnate Alex Wortham.

No entraré en más detalles con respecto a la trama para no desvelar nada, ya que el principal encanto de este cómic es la portentosa imaginación de la que hace gala Monteys, que nos deja una sucesión de situaciones hilarantes a través del tiempo que no paran de sorprendernos con cada nueva página. La premisa es claramente humorística, pero al mismo tiempo nos lleva a reflexionar sobre el poder de las multinacionales y la manipulación del consumidor a través de la publicidad subliminal, entre otras cuestiones. Otro punto fuerte del cómic es, sin duda, su apartado gráfico, en el que reconocemos el estilo caricaturesco habitual de su autor, pero con un acabado muchísimo más elaborado tanto en el diseño de los personajes como en la riqueza en detalles de los escenarios, sin pasar por alto el coloreado, que llena de vitalismo cada viñeta y ayuda a potenciar la atmósfera psicodélica de algunos pasajes.

Al publicarse en Panel Syndicate, ‘¡Universo!’ está disponible solo en formato digital y cada lector decide el precio que quiere pagar por él. Sin más, os animo encarecidamente a leerlo, ya que es uno de los cómics más hilarantes e imaginativos con los que me he topado en los últimos meses. Hay ganas ya de catar la segunda entrega, aunque tal y como explica Monteys en el epílogo, es probable que nos toque esperar al menos un par de meses hasta que vea la luz.