‘Tosca de los Bosques 1’, un nuevo acierto

A la hora de hablar de Teresa Radice y Stefano Turconi creo que ya estamos en el momento de decir, con respecto a ‘Tosca de los Bosques‘ que el matrimonio de artistas italianos «suma y sigue» en una trayectoria que, por ahora, no ha conocido bache y sí un par de picos de una MUY CONSIDERABLE altura: si en la zona de lo entretenido y apreciable cabría situar a su ‘Lila Trotamundos‘ y al ‘Orlando. El secreto del monte soplón‘ del que hablábamos por estas mismas líneas en pleno estado de alarma; al referirnos a ‘El puerto prohibido‘ y ‘No te canses de caminar‘ habría que echar mano del tesauro y dar cuenta exacta, uno a uno, de todo epíteto de elogio que allí cupiera encontrar. Relato arrebatado y apasionado con unos personajes asombrosos el primero, y narración portentosa cargada de momentos para llenar el corazón y provocar que tengamos que enjugar lágrimas el segundo, ambos volúmenes son una muestra apabullante de lo que Radice y Turconi pueden llegar a manejar. Y la pregunta es, obviamente, ¿qué nos encontramos en ‘Tosca de los Bosques’? Pues un tebeo que, con clara vocación de aludir al mismo público juvenil que ‘Lila Trotamundos’ no renuncia a tender la mano a los lectores adultos como ya hiciera aquella.

En esta suerte de reimaginación nada velada de la leyenda de Robin Hood, los autores nos presentan a Tosca, una joven a la que la vida no le ha permitido ningún respiro, a Rinaldo, su hermano trovador y a Lucilla, la heredera del duque de Castelguelfo, una adolescente rebelde que quiere casarse por amor y que pasa las horas muertas dando cuenta de cuantos más manuscritos, mejor. Este trío de personajes, llamado a avenirse en un corto espacio de tiempo, tendrá que confrontar el inminente matrimonio de la última y el complot que se oculta tras él. Y sí, el guión de ‘Tosca…’ se antoja refrito de mucho del cine de aventuras clásico con los imprescindibles giros a los personajes femeninos que son marca de estos tiempos contemporáneos pero, lejos de tratar de ocultar dicha personalidad tras una nube de humo, Radice y Turconi abrazan lo arquetípico de sus planteamientos y encuentran en esa aceptación las fortalezas suficientes como para que su propuesta trascienda el mero entretenimiento e, insisto, tienda puentes hacia la mirada crítica que un adulto pueda arrojar sobre ella.

Y creedme cuando os digo que no cuesta ningún trabajo aceptar esa mano gentil que se nos ofrece para así poder disfrutar como es debido de unos personajes afables y simpáticos —y ya me refiero a todos, incluso a los villanos—, de una acción que derrocha simpatía y buenas intenciones y, sobre todo, de un dibujo que, expresivo en colores y dinámico en la ejecución, es una muestra más de la tremenda grandeza que encierran los lápices de Turconi y de la aparente facilidad con la que el artista gráfico ejecuta escenarios y caracteriza a sus «actores». Al final, ‘Tosca de los Bosques’ consigue que nos divirtamos una barbaridad y logra algo aún más trascendente: que queramos más de tan entrañable personaje y deseemos volver a este medievo imaginado al que nos han invitado Radice y Turconi. Y eso, en mi diccionario, es indicativo de que algo han tenido que hacer muy bien.