‘Swip Tip Kapety Kaluse’, comenzar a paso de gigante

Cuando hace dos años me dispuse a valorar ‘Cine Basura. La película’, lo hice intentando aproximarme a la película de mi viejo amigo Paco Fox sin dejarme llevar por otra cosa que no fuera el juicio más honesto y sincero posible. Y si bien con Rodrigo Vázquez no me unen los mismos lazos de amistad forjados a través de casi tres décadas, no puedo evitar pensar en lo jodidamente complicado que es ofrecer una crítica de una obra de arte habiendo sido conocedor, más o menos cercano, de los infinitos desvelos, las muchas frustraciones y los constantes deseos de que aquélla pudiera llegar a ver la luz impresa un día e, incluso, habiendo tratado, moviendo los pocos hilos que servidor podía mover, de que ‘Swip Tip Kapety Kaluse’ pasara de ser una entelequia digital en PDF a convertirse en un volumen en papel.

No cesando en su empeño de conseguir tal hazaña, Rodrigo hizo caso omiso de las negativas de las dos o tres editoriales con las que este redactor contactó y, tras un año sin dejar de mover esta magnífica colección de relatos cortos, por fin ha encontrado un hogar en Cuocio, una nueva apuesta editorial que tiene en ‘Swip Tip Kapety Kaluse’ su primer producto de envergadura…¡y qué envergadura!. Y no, no creáis que deshacerme en elogios hacia las casi cien páginas de que consta el volumen es algo que hago de manera gratuita por mi amistad con el artista, antes bien, si en su momento aposté por estas planchas y contacté con quien contacté, fue porque creía a pie juntillas en las enormes posibilidades presentes y futuras de este artista que, novel por asignación, derrocha talento y demuestra de todo menos bisoñez.

Perfeccionista hasta la médula —¡¡la de veces que me llegó a decir en su momento que estaba retocando por enésima vez alguna viñeta que no terminaba de gustarle!!— lo que Rodrigo Vázquez demuestra en ‘Swip Tip Kapety Kaluse’ es, para empezar, que es un narrador consumado. Sólo bajo esta premisa puede asumirse la facilidad con la que, sin usar palabra alguna, es capaz de narrar con extrema fluidez alguna de las cinco historias que conforman esta antología.

Cualidad que se observa a lo largo de toda la lectura, es en ‘El ojo dorado’ y en ‘Tantor’, las que sirven de apertura y cierre a la misma, donde mejor podemos apreciar el asombroso manejo de los mecanismos narrativos del noveno arte de que hace gala el algecireño: midiendo al milímetro el tempo y la forma de secuenciar las viñetas, diríase en algunos instantes que a lo que estamos asistiendo no es a una página llena de dibujos cosidos con mucha fortuna, sino al storyboard lleno de dinamismo de una producción para la gran pantalla.

Unido a dicha vitalidad y arrebatadora personalidad dinámica, el sentido de lo cromático que Vázquez aplica a sus páginas genera una atmósfera irreal y muy propicia para aumentar sobremanera las connotaciones fantásticas que envuelven a cinco historias que también destacan, tanto por su negro y cáustico sentido del humor, como por lo espléndido de su diseño de personajes, un apartado éste en el que ‘Swip Tip Kapety Kaluse’ es especialmente locuaz y que deja ver, como también lo hacen sus formas narrativas —o al menos así lo interpreta servidor—, la influencia que sobre su estilo han ejercido dos grandes nombres: los de Will Eisner y Hayao Miyazaki.

Bajo el influjo de tan magistrales padrinos y moviéndose con certera determinación en la búsqueda de un estilo propio y plenamente identificable, ‘Swip Tip Kapety Kaluse’ no sólo abre la puerta a esos microcosmos imaginarios que conforman las cinco historias del volumen, sino que sirve de arranque a una carrera que deseamos sea lo más productiva posible. Sabiendo de las capacidades de Rodrigo, la única duda que nos resta no es tanto si el amplio reconocimiento le llegará o si el futuro estará plagado de interesantísimas lecturas, como cuándo llegarán éstas porque, seamos francos, ya estamos impacientes.