‘Superman/Batman/Wonder Woman: Metropolis’, expresionismo superheroico

Dentro de las libertades creativas que aporta la línea Otros Mundos, hay autores que las aprovechan para reescribir el pasado de los personajes del Universo DC. Otros optan por trasladar a esos personajes a una época distinta a la suya, y también hay quienes deciden mezclar el género superheroico con otras corrientes (el terror, el western, la ciencia-ficción…) para crear un híbrido original e innovador. De todas esas propuestas que nos ofrece Otros Mundos, tan diversas en su concepción como en su calidad final, una de las más interesantes a nivel estético es el tríptico que hoy nos ocupa. Presentado por ECC en un solo volumen, se compone de tres cómics publicados originalmente entre 1996 y 2003, y cuyos títulos ya nos dan una idea de por dónde van los tiros: ‘Superman: Metropolis’, ‘Batman: Nosferatu’ y ‘Wonder Woman: La amazona azul’.

El punto de partida que sirve como inspiración para estas tres obras es el expresionismo alemán, una corriente cinematográfica que se desarrolló durante los años 20 del siglo pasado. Su influencia dejó una impronta clara en multitud de películas posteriores, que tomaron como ejemplo sus juegos de luces y sombras, sus inauditos enfoques y perspectivas, su carga psicológica y su inquietante atmósfera. Junto a todos esos cineastas que mamaron de la teta del expresionismo, también ha habido muchos dibujantes e ilustradores que se han dejado embelesar por las peculiaridades del cine de Lang y Murnau, entre otros. Los guionistas Randy y Jean-Marc Lofficier tuvieron la brillante idea de trasladar a la santísima trinidad del Universo DC a un mundo surgido de aquellas añejas películas de fantasía en blanco y negro, y lo hicieron empezando por Superman, cuya ciudad adoptiva debe su nombre a la mítica ‘Metropolis’ rodada por Fritz Lang en 1927. Con la inestimable aportación gráfica de Ted McKeever, los Lofficier nos muestran una ciudad profundamente industrializada, donde la mayor parte de la población trabaja en condiciones infrahumanas para mantener en marcha las máquinas que sustentan el sistema. Allí conoceremos a Lois, una mujer que arenga a los obreros para que se levanten contra la opresión, y vaticina la llegada de un superhombre que cambiará las cosas. Conoceremos también al joven Clarc Kent-Son, hijo de Jon-Kent, el amo de Metropolis, y al villano en la sombra que maneja los hilos de este último: el desquiciado Lutor.

Por su estética y originalidad, este ‘Superman: Metropolis’ es una joyita que deja el listón muy alto para el resto de entregas, y que aun así se ve superada por ‘Batman: Nosferatu’, la estrella de este volumen. La historia se retoma allí donde nos quedamos en el anterior cómic, con un giro todavía más oscuro hacia las profundidades de Metropolis. Aquí, McKeever despliega una atmósfera aún más inquietante si cabe, haciendo suyos los recursos estéticos del cine expresionista. Por su parte, los Lofficier recrean al Caballero Oscuro y su entorno (atentos al demente Dr. Arkham) tomando como inspiración tres clásicos del cine alemán: ‘Nosferatu’, ‘El hombre que ríe’ y ‘El gabinete del doctor Caligari’. Finalmente, el círculo se cierra con ‘Wonder Woman: La amazona azul’, un tebeo que desgraciadamente no está a la altura de los otros dos. Su presencia resulta forzada, pues parece que los autores se han quedado sin ideas para seguir explorando este particular universo, y todo lo que se cuenta nos suena a refrito. Después de contar con dos villanos de altura (Lutor y Arkham), la presencia de Cheetah en estas páginas no provoca más que bostezos. Y mientras que Superman y Batman están recreados gráficamente con mucho acierto, la pobre Wonder Woman se lleva la peor parte y acaba pareciendo un maromo embutido en un traje azul de licra. Obviando este tropiezo final, el resto del tomo es una delicia para los sentidos y una atrevida reinterpretación de los superhéroes en clave expresionista.