Será que me había hecho relativas ilusiones por cómo estaban yendo las sagas de Superman tras Crisis Infinita, pero cada vez tengo más claro que El tercer kryptoniano es una de las historias más decepcionantes de los últimos tiempos para el personaje y recomiendo vivamente huir del tomo editado por Planeta. Siempre duele perder diez euros, pero cuando te los gastas en algo que te pone de malas, es aún peor.
Se supone que Kurt Busiek es uno de los guionistas estrellas de DC y sí, el calificativo le viene que ni pintado, pero sólo por las peores connotaciones: retrasos injustificados y poco más es lo que ha ofrecido en más de un año al frente del personaje. El comienzo no fue nada malo y la saga de La caída de Camelot tenía sus puntos, pese a un final atropellado y casi desastroso, pero en esta nueva historia, Busiek toca fondo.
De nuevo, la premisa era interesante: hace unos meses, un alienígena llamado El Subastador, encargado de recoger seres de determinadas razas para venderlos al mejor postor, descubrió que en la Tierra vivía un tercer habitante de Krypton, que se uniría así a Supergirl y al propio Superman. Ahora, llega el momento de saber quién es y por que nunca habíamos tenido noticias de él.
Sí, lo sé, nada es especialmente relevante para los que han seguido al personaje. De hecho, desde esa revelación han aparecido más habitantes de Krypton por la tierra (gracias a Richard Donner/Geoff Johns y al hijo que le han endosado a Clark Kent y a Lois Lane). Pero bien llevada, siempre se podía haber sacado una trama digna, con algún que otro momento para el recuerdo.
Pues bien, Busiek pone el piloto automático y escribe esta historia como yo plancho: mirando a las musarañas o haciendo otras cosas a la vez. Bueno, en realidad lo que hace es coger a un personajee pre-Crisis en Tierras Infinitas y traerlo de vuelta (que es lo que últimamente hacen los guionistas de DC, para darle razones a Didio y obligarle a sacar, dentro de poco, una nueva Crisis.
Y cuidado, que el comienzo es muy prometedor, pero luego la historia va decayendo, gracias a unos villanos que Busiek maneja de manera muy tópica y bastante poco trabajada.
Al final, tenemos a un malvado que más que ser de space-opera es de opereta, a unos cuantos kryptonianos que parecen tener el día sin fuerza, otros cuantos tópicos sobre la paternidad y, por lo menos, un suceso interesante para el futuro de la serie, que veremos como lo desarrollan. Busiek puede ser capaz de mucho más que de esto y es justo exigirlo. Por si fuera poco, Leonardi no puede ser más soso con los lápices y yo estoy ya echando de menos a Pacheco, que ya le salvó a Busiek algún cómic de La Caída de Camelot.
Para colmo, Planeta mete en el tomo, sin ton ni son, el número 666 de Action Comics, que está totalmente desligado de cualquier historia y que no deja de ser una gamberrada de Busiek con el demonio de fondo y Superman poseído. Al menos, eso sí, aquí divierte, cosa que en los otros tres números se olvida de hacer. En fin, repito: huid de este tebeo.
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