‘Solo. Historias caníbales II’, salvaje antología

La última vez que hablamos de ‘Solo’, esa creación de Oscar Martín que tantas alegrías está dando a su autor y a los lectores que llevamos siguiéndola desde hace tres lustros, fue en el mes de enero (cuando todavía éramos Zona Fandom) con ocasión del lanzamiento por parte de Ominiky de ‘Sólo. Crónicas salvajes’, el álbum protagonizado por esa rata mutada que intenta sobrevivir en un hostil mundo post-apocalíptico que, con guión del creador, ilustraba de forma magistral un joven Raúl Moreno.

Ya en esa misma entrada comentaba que previamente, la diversificación que Martín estaba llevando a cabo con su criatura le había llevado a lanzar ‘Solo. Historias caníbales I’, un álbum colectivo igualmente publicado por Ominiky (que tomaba así el relevo de Edicions de Ponent, primer hogar de las aventuras del personaje) del que ahora nos llega una segunda entrega cargada de violencia gratuita y «animalitos» antropomorfizados llevados hasta el límite.

Quizás sea por la costumbre de tantos años leyendo a Martín, o quizás porque el dibujo que realmente le va como anillo al dedo a las historias del microuniverso que rodea a Solo sea el estilo cartoon, pero lo cierto es que del puñado de relatos que quedan recogidos en este volumen, los que mejor funcionan son aquellos que acercan posturas con los postulados narrativos y visuales del padre del personaje. No quiero con ello desmerecer el trabajo de los demás artistas, pero a la hora de elegir, me quedo de lejos con aquellas firmadas por el propio Martín, Andre, Pau (qué ganas de poder leer lo que este artistazo nos tenga preparado con la tercera entrega de ‘Atlas & Axis’), Pedro Pérez y, cómo no, Raúl Moreno, autores que, junto al resto de compañeros, componen un caleidoscopio en el que, si algo salta a la vista, es la desopilante mala leche que gastan todos sin excepción.