‘Semillas’, ciencia ficción con mucho vértigo

No es ‘Semillas’ una de esas obras que podríamos catalogar de típica, para nada. Desde las primeras páginas podemos darnos cuenta que estamos ante algo distinto, algo grande, algo que, como toda buena obra, va a causar discordia entre los aficionados. Era de esperar si tenemos en cuenta que pertenece al interesantísimo sello “Berger Books”, rincón ubicado en Dark Horse y donde han visto la luz multitud de proyectos que se alejan de lo convencional y rescatan parte del espíritu “Vertigo” que la de Nueva York aupó hasta lo más alto allá por los años noventa. Bien es cierto que en muchas de las obras publicadas hasta el momento, su figura se imponía por encima de algunos autores, influyendo sobremanera en el resultado final del comic, algo que cambia de forma radical si atendemos a los nombres que firman el presente volumen. Por un lado tenemos a una guionista que lleva dando guerra (literalmente) en la industria desde hace años, una Ann Nocenti que había permanecido alejada de los focos durante bastante tiempo y que aquí tiene un regreso por todo lo alto. Por otro lado, nuestro David Aja, dibujante vallisoletano cuyos contados trabajos le han otorgado la etiqueta de imprescindible.

Una combinación la de estos tres nombres que aseguran un interés mayúsculo, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos hablando de un título compuesto por cuatro grapas, perteneciente a un subsello de una editorial independiente y que, para colmo de males, tuvo una publicación de lo más accidentada (debido a la pandemia, el tomo recopilatorio vio la luz cuando solo habían aparecido dos actos de los cuatro en que se divide este “Semillas”). Un volumen que también nos llama la atención una vez que lo tenemos en las manos puesto que se aleja del lujoso tratamiento de “tapa dura” que podría tener y nos ofrece una tapa blanda rugosa y un papel poroso que es una delicia. Toda una declaración de intenciones desde el principio. ¿Está justificado todo el revuelo causado? Bueno, hay de todo en la obra, muy bueno en su mayoría. Estamos a punto de sufrir un colapso ecológico por lo que el futuro que se presenta no puede ser más pesimista y desolador. La sociedad se encuentra dividida entre los que hacen oídos sordos a la situación y aquellos que han decidido vivir en armonía con el planeta, abandonando cualquier “ventaja” tecnológica de la que pudieran aprovecharse. En este momento entra en escena una raza alienígena que, siempre en las sombras y sin que nadie se percate de su presencia, recogerá muestras que servirán de legado cuando todo se extinga.

La protagonista del relato (si es que podemos afirmar que realmente existe algún protagonista principal), una periodista llamada Astra, descubrirá toda esta trama a la que hay que añadir un idilio entre uno de estos aliens y una humana. A nadie debe pillar por sorpresa este pequeño caos en la forma de contar la historia, marca de la casa de Nocenti tal y como se pudo ver en otros título suyos (¿recuerdan la mítica saga de Spiderman que termina con nuestro héroe encerrado en un manicomio?). El guión, además, está plagado de temas recurrentes que la de Manhattan siempre ha tocado en sus historias: las continuas mentiras a las que nos someten los medios de comunicación, el discurso ecologista o los peligros de vivir en una sociedad consumista. Pero nada de esto hubiera sido posible, o al menos no hubiera tenido la misma repercusión, sin los acertados lápices de Aja toda una delicia visual. La potencia de su trazo a la hora de plasmar lo extraño del guión firmado por Nocenti hace que sigamos con la lectura del volumen a pesar de no saber muy bien qué estamos leyendo en algunas fases de “Semillas”. Lo cierto es que, cada uno poniendo su granito de arena, hacen de este comic uno de los títulos de la temporada a pesar de ser también uno de los que más va a exigir al lector. No desesperen, si a la primera no han conseguido sacarle todo el jugo, denle otra vuelta y, poco a poco, irán apareciendo las respuestas.

[Grade — 8.50]