Ahí va una ecuación que al menos a servidor le parece ineludible: Juan Giménez + ciencia-ficción = ‘La Casta de los Metabarones’. Desde que el artista argentino colaborara a finales de los noventa con Alejandro Jorodowsky en la confección de la que probablemente es la más apasionante de cuantas sagas de ciencia-ficción se han podido leer en el noveno arte —superando a todo lo que se le ponga por delante, llámese ‘Valerian’ o llámese como se llame—, el espectacular trabajo realizado para el singular proyecto que se concretó en ocho inigualables álbumes ha pesado como una losa sobre la lectura de las dos o tres ocasiones en las que Giménez ha vuelto a incursionar en el género. Lo hizo en ‘Elige tu juego’, lo hizo en ‘El cuarto poder’ —que, coetánea con Metabarones, leí más tarde— y lo ha vuelto a hacer con muchísima intensidad en esta ‘Segmentos’, si bien más por lo que concierne a Richard Malka que por lo que compete a las fantásticas planchas del dibujante.
Éste, cuyo inconfundible estilo engalanó allá por principios de los noventa una de mis lecturas favoritas del sci-fi de todos los tiempos —la magistral ‘Barrio’—, no hace otra cosa que dar buena muestra de lo que mejor se le da cuando se dispone ante una lámina en blanco, esto es, diseñar mundos imposibles plagados de naves imposibles y maquinaria imposible y dejarnos boquiabiertos a cada nueva página en la que éstos aparecen. Quizás más hierático que en ocasiones pasadas en lo que al dinamismo de la figura humana y de sus expresiones se refiere, es en el uso del color donde Giménez también nos deja anonadados gracias a la precisión con la que maneja ese estilo pintado que tanto ha llegado a perfeccionar con el paso de los años.
Desafortunadamente, dibujo y guión discurren por senderos muy lejanos, y lo que Richard Malka postula, si bien interesante a priori —una sociedad futura que ha logrado acabar con los conflictos al separar a los humanos en siete planetas según su personalidad— termina oliendo a refrito por «los cuatro costados». Un refrito en que se huelen referencias más que obvias a la saga de ‘Los juegos del hambre’ —y a la de ‘Divergente’ por mucho que primer álbum del cómic y primera novela de la saga de Veronica Roth fueran publicadas el mismo año— y, por supuesto, a lo que Jodorowsky desarrolló en los ‘Metabarones’, jugando en contra de la percepción final de la lectura tanto la familiaridad que marca a fuego todo el transcurso de la acción como, sobre todo, una conclusión completamente abierta que, parafraseando a un viejo amigo «nos deja las patas colgando como a la rana Gustavo». Para olvidar.
Segmentos
- Autores: Richard Malka & Juan Giménez
- Editorial: Norma
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 152 páginas
- Precio: 27,55 euros en