Con sólo dos títulos en su haber, los magistrales ‘Papel estrujado’ y ‘El mundo a tus pies’, Nadar —el sobrenombre de Pep Domingo— se ha convertido en uno de esos autores tocados por una gracia especial que los convierte en objeto de admiración por parte de los afortunados lectores que nos asomamos a sus páginas, llenas éstas como están de VIDA y de una genialidad reservada a un reducido grupo de artistas. Y su entre sus dos primeras obras transcurrieron dos largos años, esta vez han sido casi tres los que hemos tenido que esperar para poder disfrutar de nuevo del buen hacer del valenciano aunque, desafortunadamente, en ‘¡Salud!’ su aportación se haya limitado de manera exclusiva al dibujo, corriendo el guión a cargo de Philippe Thirault.
Lo que ello supone es que, si bien a nivel gráfico ‘¡Salud!’ no tenga nada que envidiar a los anteriores trabajos de Nadar, en lo que se refiere a la historia que aquí se nos cuenta, lo que encontramos está por debajo de lo que queremos creer que el español habría conseguido trabajando sobre el mismo material. ‘¡Salud!’ nos acerca al personaje de Antoine, un francés que llega a La Coruña en 1974, dieciocho meses antes de que Franco fallezca y con él terminen 36 años de régimen que —ya lo hemos dicho en incontables ocasiones— siguen marcando a fuego mucho de la España que hoy conocemos. Haciendo chocar de frente los oscuros entresijos de la política del miedo que instauró el «generalísimo» con la personalidad libre y algo deslenguada del protagonista, y añadiendo a la mezcla grandes cantidades de alcohol y un mayor número de decisiones equivocadas, lo que no queda nunca claro durante el transcurso de ‘¡Salud!’ es cuál es la intención última de Thirault a la hora de escribir el guión.
Algo errático en su devenir, los vaivenes a los que el escritor somete a su personaje central no son tan interesantes como hubiera sido deseable, y lo único que realmente llama la atención —aunque ya sepamos en qué términos se movían las cosas en la época de nuestros padres…al menos de los de mi generación— es el retrato de la violencia en varias de sus acepciones que el francés hace y que resulta bastante representativo de la época en la que transcurre la acción.
Afortunadamente, ahí está Nadar para suplir con un estilo inconformista y siempre en constante evolución, las carencias del guión. Tanto es así, tal es el ejercicio de permanente reinvención y revisión de sus argumentos gráficos que, si bien resulta inmediatamente identificable, comparar cualquier página de ‘¡Salud!’ con cualquiera de los dos trabajos anteriores del artista es fuente de asombro y maravilla ante las más que obvias diferencias que separan a los tres: de nuevo en color como en ‘El mundo a sus pies’, pero con una gama cromática muy limitada que en cierto modo parece relacionarse —si bien no siempre— con el estado de ánimo del protagonista; es asombroso como el dibujante juega con un entintado suelto que nunca define del todo la página para permitir que sean las manchas de color las que cierren el contorno de los personajes o escenarios. Recurso magnífico que da un aire algo desenfadado y tremendamente original al trabajo de Nadar, lo que esperamos de él es que, en su próxima empresa, retome la autoría completa y nos ofrezca, de nuevo, un tebeo de esos que colocar, sin remisión, como una de las mejores lecturas del año.
¡Salud!
- Autores: Philippe Thirault & Nadar
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 120 páginas
- Precio: 18,05 euros en